“Estos jugadores no pierden la fe, nunca tiran la toalla”, celebró el técnico Manu Togores tras la victoria de la pasada semana, la primera de la temporada tras diez partidos sin ganar. El Dominicos volvió a demostrar su carácter irreductible, aunque en esta ocasión le faltó un gol para sumar un nuevo triunfo. Pasó del 0-3 al 3-3 contra el Sant Cugat, pero se tuvo que conformar con un empate de sabor agridulce.
La puesta en escena del Domi fue mejorable. Los visitantes estrenaron la cuenta a los tres minutos con un golazo de Pau Gilabert, que levantó y empaló la bola, clavándola entre el caso y el hombro del portero local Iago López.
Cuatro minutos después Gerard Garcés encontró un agujero en el carril derecho y definió sin oposición. Y a los doce de partido, Joan Farnés firmó el tercero al culminar una transición con un gancho.
El Dominicos, que había avisado con un par de llegadas, salió de la cueva en busca del gol, pero se topó una y otra vez con Max Rodríguez. Adrián Candamio estrelló en el poste una directa y el portero aguantó el asedio coruñés en superioridad. Justo antes del descanso, Gonzalo acortó distancias con un remate a bocajarro en una rápida transición.
El 1-3 alimentó las esperanzas de remontada y el equipo colegial salió a por todas tras el paso por los vestuarios. En cuatro minutos: Candamio con un disparo deviado que acabó en la red y de nuevo Gonzalo, en otro contraataque, culminaron la reacción.
El nuevo partido se jugó con más miedo que ritmo, ninguno de los dos equipos quería perder. Iago se hizo gigante para frenar a Gilabert en la directa tras la décima falta local y, aunque el Dominicos lo intentó hasta el final, el marcador no se movió más.
En Elviña 2, tres goles del exliceísta Marc Coy, que vistió de verde entre 2016 y 2019, desequilibraron la balanza a favor del potente Cerdanyola. El Compañía de María presentó batalla, llegó con empate al descanso, pero acabó claudicando pese a los dos tantos del Negro Liñán.