Quince segundos hipnóticos
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17º-23º

Quince segundos hipnóticos

Desde la salvada de Carballeira al gol de Torres, la jugada del Liceo en Reus ya es patrimonio del deporte coruñés
Quince segundos hipnóticos
Celebración de un gol del Liceo | Carlota Blanco

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El Liceo protagonizó en Reus una de las gestas más inverosímiles del hockey sobre patines en los últimos años. El gol del empate, el 4-4 a tres segundos para el final que forzó la prórroga en la que dio la puntilla es, como el 4-4 del primer partido de la serie de semifinales en Riazor cuando solo quedaban 26, para estudiar en vídeo una y otra vez. El anterior, por pizarra, una jugada tácticamente perfecta. Este por la lección de pundonor y resiliencia de un equipo al que nunca, nunca, hay que dar por muerto. Una jugada que ya forma parte del patrimonio del deporte coruñés. En este playoff ha demostrado ser indestructible. Y aún queda la final contra el Barça.

 

 


Los últimos quince segundos del partido en Reus son hipnóticos. Con el 4-3 y Liceo sin portero, Nil Cervera perdió una bola frente a Diego Rojas, que se dio la vuelta y buscó a Martí Casas. La única oposición era la de César Carballeira, pero el coruñés tenía que elegir bien sus opciones, seguir al pichichi o estar atento a una asistencia a Rojas, que también amenazaba. Contemporizó y en el momento justo, cuando ya vio que era Casas el que iba a empujar la bola a las redes vacías para sentenciar, se abalanzó sobre él para taponar el tiro justo a tiempo, en el último momento. 


Carballeira protegió la bola en la valla e inició la contra. Quedaban 13 segundos. Metió un pase en largo a Nil Cervera, este dobló para Dava Torres, en la derecha, y se fue hacia adentro, llevándose con él la atención de los defensores y dejando franca la entrada desde atrás de Arnau Xaus. Su disparo lo taponó Ballart, el rechace le quedó a Tato Ferruccio, que también lo intentó, siendo bloqueado por Rojas. Otra vez la bola fue para el stick del argentino, como su tuviera un imán, y algo más esquinado volvió a tirar encontrándose con Ballart. Pero entonces la bola salió disparada hacia el centro, por donde llegaba Dava Torres, que con la fuerza de todos sus compañeros empujando su stick metió el 4-4 cuando el reloj marcaba que solo quedaban tres segundos para que sonara la bocina.

 

 

 

 


Lleva más tiempo leerlo que hacerlo. Pero es una secuencia que al Liceo le valió una final y que sirvió para reforzar ese aura de equipo guerrero como pocos. La leyenda del que, a pesar de que no es el que tiene más presupuesto y que cada temporada parte claramente en desventaja por su situación geográfica, obligado al doble de esfuerzo en viajes que el resto, consigue transformar todas sus debilidades en virtudes y con el empuje de la fuerza del grupo y de un espíritu competitivo inigualable, acorta la distancia con sus rivales. 
Dos goles en el último minuto no son una casualidad. Y la jugada venía casi ensayada del partido anterior, aunque no en semejantes circunstancias. Carballeira también se tiró en plancha para bloquear un tiro rival y Torres lo aprovechó para cruzar de lado a lado la pista y marcar el 2-0 decisivo en el devenir del segundo encuentro. 

 

El Liceo ha hecho suyo el lema de creer hasta el final. Y eso que en el primer partido del playoff le tocó sufrirlo en contra con dos tantos de Nuno Paiva, también un 4-4 sobre la bocina que mandó el duelo a la prórroga y un 4-5 en el último minuto que evitó los penaltis. Para cualquier otro equipo esto hubiese sido un golpe difícil de asimilar. El Reus mismo lo acusó en el segundo partido de las semifinales. Pero a los de Juan Copa solo les hizo más fuertes. Desde entonces, cinco victorias seguidas, un máster de sufrimiento y una visita al cardiólogo pendiente.

 

El momento de Martí Serra


La otra clave de este playoff es el rendimiento en la portería de Martí Serra, sobre todo en las acciones a bola parada, un muro. Ni el Lleida ni el Reus, ambos en tres partidos, pudieron batirle y ya son doce las directas frustradas, cinco en este último partido en Reus, y diez penaltis en la tanda que abrió las semifinales. Pase lo que pase contra el Barça se marchará del Liceo por la puerta grande, pero que todavía está a tiempo de hacerlo con un título que ponga el broche de oro a tres temporadas en las que, con algunas dudas, ha ido claramente de menos a más llegando justo al final en su mejor momento. 

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