La bola parada es decisiva en el hockey sobre patines moderno. Decanta partidos, cuando no títulos. Si no, que se lo digan al Liceo, que se llevó una Copa del Rey y una Supercopa de España con cuatro meses de separación ganando en ambas al Barça por 3-2 con los tres goles que llegaron de esta manera (dos directas de Adroher y un penalti de Carballeira en el primer caso; tres directas del Mago en el segundo). Esta temporada el equipo verdiblanco está bien cubierto tanto en los lanzamientos, con un Arnau Xaus que lidera las estadísticas de directas con cinco aciertos de once; y con una portería en la que Martí Serra y Martín Rodríguez levantaron una pared para convertirse en los menos goleados en estas acciones de la primera vuelta de la OK Liga: solo una directa en catorce intentos y ningún penalti, aunque solo en un único lanzamiento en contra. Y es precisamente el Alcoi, su rival de esta tarde en el inicio de la segunda (Polideportivo Francisco Laporta, 19.30 horas), por medio del coruñés Pablo del Río, el único que encontró el agujero en el muro.
Ha pasado toda una vuelta, por tanto, desde aquel primer partido de la competición en el que Martí Serra solo pudo atajar uno de los dos disparos de Pablo del Río, que por fin pudo marcar en el Palacio de los Deportes de Riazor, aunque no llevarse la victoria. En la siguiente jornada, el meta catalán ya echó la llave al cerrojo al parar tres directas (dos a Ojeda y una mítica a Darío Giménez en la que se puso de pie en la portería y el argentino acabó estrellándose contra el palo). En la tercera jornada el Vic no dispuso de ninguna bola parada, sí el Barça en la cuarta, en la que pese a su victoria, Pablo Álvarez se topó con Serra en el lanzamiento de directa.
Después el turno fue para Martín Rodríguez. El coruñés encajó cinco goles en Igualada, pero evitó que entrase una directa de Marc Rouzé. Al siguiente partido, dejó la portería a cero en la sexta jornada, contra el Sant Just. No le batió ni Joan Pujalte desde el punto de la directa. Y repitió parada a bola parada en la octava fecha del campeonato, frente al Calafell, cuando frenó a Sergi Folguera en otra directa. En el baile en la portería regresó Martí Serra (que se ha ganado la titularidad sobre todo tras sus últimas grandes actuaciones), que mantuvo la racha a bola parada. Detuvo el intento de directa de Martí Gabarró en la victoria frente al Noia; el de Marc González en un nuevo triunfo frente al Caldes; paró un penalti a Bernat Yeste (Vilafranca) en el último partido del 2024; tampoco encajó frente a Martí Casas (Reus) en el inicio de 2025 y la semana pasada se impuso a Jordi Burgaya y Gerard Teixidó (Voltregà) en el mano a mano de respectivas directas.
Por detrás del Liceo (según los datos de las actas en la página de la Federación Española de Patinaje) está la portería del Lleida, otra en la que se han intercalado sus dos protagonistas, Javier Sánchez y Martí Zapater. Entre ambos encajaron dos bolas paradas con 2 de ocho en directas y cero de cinco en penaltis. Tercero sería el Barcelona, con Sergi Fernández y Carles Grau, con un total de tres: 2 de 10 en directas y 1 de 3 en penaltis. Cuarto, aunque primero en directas, estaría el Reus, con Cándid Ballart. El meta rojinegro está imbatido en las directas, con un 0 de 7, pero sin embargo tiene un 4 de 8 en penaltis. También con cuatro se sitúan el Sant Just con Elagi Deitg (1 de 8 en penaltis y 3 de 6 en directas) y el Calafell con Gerard Camps (3 de 19 y 1 de 6 respectivamente).
Cinco han encajado el Lleidanet (Xavi Bosch, 4 de 17 y 1 de 4), el Noia (Blai Roca, 3 de 19 y 2 de 7) y el Vic (Xevi Puigbí, 5 de 13 y 0 de 3); seis el Igualada (Guillem Torrents, 5 de 9 y 1 de 1); siete el Caldes (Arnau Martínez, 5 de 13 y 2 de 3); ocho el Vilafranca (Xus Fernández, 6 de 24 y 2 de 7) y el Alcoi (Marc Grau, 6 de 12 y 2 de 3) y el peor en esta estadística coincide con el colista, el Voltregá, en el que Miquel Estrada y Oriol Codony fueron batidos en nueve ocasiones de doce en faltas directas y una de cinco en penaltis, diez en total.
Los ‘Martines’ buscarán prolongar su racha en la segunda vuelta que los verdiblancos arrancan hoy en Alcoi solo 48 horas después de jugar en Lisboa. El Liceo viajó el miércoles por la mañana para disputar el jueves la sexta jornada de la Liga Europea contra el Benfica, perdió (5-1), durmió en la capital portuguesa y ayer viernes inició el camino hacia la localidad alicantina, donde hoy se mide a un quinto clasificado que viene de endosarle un 2-5 al Lleida, cuarto. Allí también sufrieron el Barça (3-4) y el Reus (4-5).
Ya ganaron los coruñeses en el Palacio de los Deportes de Riazor, allá por el mes de octubre, un 2-1 que se revaloriza con el paso del tiempo. No se parece mucho el Liceo a aquel que empezaba la temporada titubeante, todavía con las piezas a medio encajar después de una pretemporada atípica sin poder contar con alguna de ellas por compromisos con la selección. Los de Juan Copa, todavía con margen de mejora, están mucho más seguros en defensa y resolutivos en ataque, sobre todo en el juego en transición. El Alcoi también es sólido atrás y tiene el protagonismo ofensivo repartido entre Manel Hernández, Caco Ceschim (7 goles), Gonzalo Pérez (6) y Pablo del Río (5).