Cara y cruz para los equipos coruñeses de OK Plata, que llegan al parón de Navidad en situaciones muy diferentes. En el lado positivo, el Resa Cambre, quinto en la femenina y el CDM séptimo en la masculina tras una renovación y rejuvenecimiento de la plantilla en el caso del primero y en su vuelta a la categoría en el del segundo. Y en el negativo, el Dominicos, colista en la masculina con solo un punto y con necesidad de remontar. Estas son las valoraciones de sus entrenadores.
El entrenador, no lo oculta, está sorprendido con el rendimiento de su equipo. “No contaba con conseguirlo tan pronto”, reconoce. Porque cuando llegó a Cambre se encontró con que solo seguían cuatro jugadoras del año anterior. “Con un equipo casi completamente nuevo conseguimos hacer grupo, que es lo quería, y a partir de ahí competir”, valora. El Cambre es quinto de la OK Plata femenina con 12 puntos y un balance de cuatro victorias y cuatro derrotas. “Perdimos con los cuatro de arriba, el resto los ganamos todos. Están jugando con mucha alegría, con mucho desparpajo. Y tengo ganas de jugar ya la vuelta porque tanto Alcobendas como Patinalón, que es el líder, estuvimos muy cerca. Estoy con ambición y ya no renuncio nada. No me gusta hablar de aspiraciones, pero creo que podemos acabar entre los cinco”, valora.
Sorprende además la juventud de la plantilla. Noa Parga, la portera, tiene 14 años con más compañeras menores de edad: Inés Vázquez (15), Inés Temprano y Celia Pinacho (17). “Lo importante también era crear una estructura para que haya más niñas. Y que si mañana yo me marcho, no le pase lo mismo que a mí al siguiente que venga. Ahora mismo el club tiene OK Plata, sénior, juvenil, sub 17, sub13… No creo que haya muchos clubes con tantos equipos femeninos en competición. Y es muy importante que las niñas se vean en el espejo de arriba”, dice.
Era su primera experiencia en categoría femenina, pero él prefiere no diferenciar: “Más que femenino o masculino, a mí me gusta la gestión de personas. Hablo mucho con ellas. Cada veinte días las voy cogiendo por separado y vamos hablando de cómo están, cómo las veo, cómo se ven… Y después hacemos una charla general. Creo que es muy importante ser sinceros. Tengo 63 años y llevo desde los 18 entrenando y para mí esto es fundamental”.
El entrenador colegial admite que es una sorpresa el rendimiento del equipo en su regreso a la OK Plata masculina. “Justo el único que no competimos fue el primer partido, en Cerdanyola, que yo pensé que era la realidad de lo que nos iba a tocar. Pero cambiaron el chip y se dieron cuenta de que no era para tanto”, analiza. “Sabíamos que teníamos potencial y confiaba en que llegado el día, íbamos a competir, pero contaba que fuera hacia Navidad, o a la vuelta, cuando ya nos hubiésemos adaptado al ritmo de competición”. Con 12 puntos, pueden tomarse la segunda parte de la temporada (aún quedan dos jornadas de la primera vuelta) con menos presión, de ahí la importancia de empezar bien. “Parece un tópico, pero es que el deporte es así, cuanto tienes resultados negativos entras en un bucle del que no das salido. Yo estuve ahí. La cabeza juega muchas veces más que los patines y el stick”.
El mérito del CDM es que, además de ser recién ascendido, le está dando la alternativa a canteranos del club como Hugo Mareque y Dani Garea. “Siempre demostramos que los chavales son los protagonistas. Pero no todos los años tienes generaciones buenas y amplias, pero aun así intentamos que haya el mayor número posible de jugadores de la base. Reforzamos con jugadores de la provincia y después llegó Vicente Soto, que aunque vino lesionado, aporta mucho, sobre todo en experiencia”, afirma. Canosa pensaba que la juventud de la plantilla les iba a jugar malas pasadas, pero sobre todo se encontró con sus ventajas: “Lo noto en los entrenamientos, que son de mucha intensidad. Tienen muchas ganas de aprender”.
Hace cuatro años, cuando la pandemia obligó a parar la vida y también el deporte, el Compañía estaba casi en puestos de ascenso en una sorprendente temporada en la que estuvo liderado por el portugués Nuno Paiva, que ahora triunfa en la OK Liga en las filas del Lleida. “Empatamos justo la semana anterior que sino... ascendemos. Aunque no creo que hubiese sido bueno. Ni real. Las sensaciones todavía no son tan buenas como ese año”, recuerda Canosa, “pero porque aún podemos dar un salto más y tenemos margen de mejora”.
Desde la Ciudad Vieja no se esconden. “Obviamente estamos en una situación complicada, sería negar la evidencia”. Porque a los malos resultados, con un punto en nueve partidos, se añade el desconcierto: “Esto es completamente inesperado, puedes empezar mejor o peor, pero solo un punto... no nos los esperábamos ninguno”. Por eso, el entrenador cree que les viene bien el parón. “Tenemos que resetear. Les he dado diez días libres. Hay un componente a nivel mental de saturación. Necesitábamos dejar de vernos unos días”, se ríe. “La semana que viene ya volvemos, pero esta que piensen lo mínimo en hockey y que se relajen. Porque es cierto que hay tensión. Y hay que volver a disfrutar, no hay otra manera”, expone.
“Toca reaccionar y estamos convencidos de que lo vamos a sacar”, añade. Porque además justo a la vuelta tienen dos importantes partidos contra rivales directos, el Oviedo (4 puntos) y el Sant Feliu (2). “Serán fundamentales para acabar bien la primera vuelta y coger un poco de aire”. Togores ya echa cuentas. “El objetivo es sumar 20 puntos en los 13 partidos que faltan. Casi una mini liga. Y borrar, por lo menos de la cabeza, lo que ha pasado hasta ahora. "La parte buena es que simplemente hay que encontrar la tecla porque competir, competimos contra todos”, asegura.