Rubén Vázquez cumple su quinta temporada como director de la cantera del Básquet Coruña, una base “top-10 a nivel nacional”, asegura el exentrenador del Maristas, quien además subraya la falta de presión por ganar, ya que el objetivo es formar y educar. Los números no mienten: 767 jóvenes componen el entramado de formación de la entidad naranja. “Hay 250 que pertenecen a colegios de la ciudad y 517 nuestros, por decirlo de alguna manera. Nos consta que estamos entre el top-10 de España”, apunta Vázquez. El director de la cantera de la entidad naranja subraya el incremento de chicas: “Tenemos 178. Cuando yo llegué, había 96. Estamos muy contentos. En los últimos años, la cantera femenina lo está haciendo muy, muy bien”, presume.
El boom del ascenso a la ACB también se ha notado a nivel cantera, aunque el club tiene un límite de equipos, no porque no quiera formar a más niños, sino porque “para dar cierta calidad en el día a día, tenemos que poner un tope. La temporada pasada también tuvimos nuestro boom: 200 niños en las jornadas de puertas abiertas [captación], de los cuales solo 63 pudieron entrar en el club. En junio abrimos un período de renovaciones, y después, en puertas abiertas, ya sabemos cuántos podemos coger para cada categoría. Por filosofía del club, nunca nos llevamos niños de otros clubes”.
A día de hoy, el organigrama de la base cuenta con 31 entrenadores, tres preparadores físicos, el propio Rubén Vázquez y “mi mano derecha”, Sheila Nimo, la persona encargada de toda la logística. El club gallego de baloncesto con más jóvenes en cantera tiene muy definida su filosofía. La resume su director en una sola frase: “Queremos crear ciudadanos del basket”. Una identidad que acompañe a los hoy niños o jóvenes en el resto de su vida. “Ojalá se puedan quedar todos en el basket, siendo jugadores, o árbitros, o directivos, o entrenadores, u oficiales de mesa. Necesitamos a gente que se quede. Y que los valores que les inculcamos los mantengan siempre en la profesión que realicen”, matiza Rubén, también entrenador de un equipo femenino que cogió en infantiles y que ahora está en su último año junior. Una continuidad que ejemplifica el esmero con que el club trata a su base.
Otro ejemplo lo detalla Vázquez: “Es muy importante que cuando la gente vea un equipo del Básquet Coruña, sepa que es un equipo del Básquet Coruña, porque tiene buenos modales, cuando pierde da la mano y cuando gana es respetuoso con el rival. También es muy importante personalizar, conocer a los niños, que no sean solo un número, y, si podemos, conocer a las familias, porque los padres nos dejan a su bien más preciado, sus hijos, y por eso tenemos que cuidarlos de la mejor manera posible”.
El gran salto
Una cantera que dio un salto de la mano de Julio Flores, segundo presidente de la historia del Básquet Coruña. “La educación en valores, el trabajo con la salud y la integración son aspectos básicos que el deporte nos ayuda a potenciar. Lo viví como una forma de devolver a al baloncesto una pequeña parte de lo que me ha aportado en mi vida”, decía en 2011.
Catorce años después, Flores recuerda que “entré en el club en 2005, y en ese momento en la cantera había 70 chavales”. Con su mandato empezó el programa con los colegios –visitas semanales de jugadores, con el objeto de difundir pero también de crear escuelas–, que sigue vigente. El expresidente del BC también destaca “el convenio con Maristas, para categorías femeninas, que no tenía el club”.
Julio Flores no solo recuerda cuántos jóvenes había en la cantera cuando él llegó a la entidad, también cuando la dejó, tras la temporada 2009-10: “Creo que unos 640, contando las escuelas. Unas 150 niñas”.
Y habla de “un proyecto que está en un cajón: la Ciudad del Baloncesto, en la Polideportiva de Riazor, una instalación que multiplicaría por tres el número de canchas, horas de entrenamiento y horas de juego”. Un proyecto que, además de ampliar horizontes, facilitaría el crecimiento de la base.
