Con el objetivo a tiro en su regreso a la LaLiga Santander, la permanencia que se marca en 40 puntos, el Girona recibe a un Real Madrid -al que sacó un empate en el Santiago Bernabéu-, condicionado por las cinco bajas que sufre Carlo Ancelotti, tan importantes como Karim Benzema o David Alaba, pero que no quiere no levantar el pie aunque el foco esté puesto en la final de la Copa del Rey y la Liga de Campeones.
 

La planificación de Ancelotti está centrada en ese 6 de mayo, que disputa la final de Copa ante el Osasuna, y en la llegada, con menos de tres días de descanso, del primer capítulo de semifinales de la ‘Champions’ ante el Manchester City, en la eliminatoria que todo el mundo apunta como final anticipada.
 

Cualquier molestia, como la que sufren Benzema y Camavinga por sendos golpes, invita a no tomar riesgos. Con Dani Ceballos, sancionado por acumulación de tarjetas, Eden Hazard, que ni está ni se le espera, y los lesionados David Alaba y Ferland Mendy, acude el equipo blanco a la cita en Montilivi.
 

El Girona, undécimo de LaLiga Santander, recibirá a la escuadra blanca on la ilusión de conquistar el tercer triunfo de su historia contra el conjunto blanco para dar un paso de gigante hacia la permanencia en la élite, quizás ya definitivo. Los de Míchel Sánchez inicia la trigésimo primera jornada, la primera de las ultimas ocho, con un margen de ocho puntos sobre el Almería y el Valencia, primer equipo en descenso, y de diez puntos sobre el Espanyol. Tras esta, faltarán 21 puntos por jugar. Afronta el encuentro tras romper una racha de cuatro partidos sin derrota.