(Transcripción de Armando Palleiro)
Empecé a seguir al Deportivo por influencia de uno de mis abuelos porque hasta los cinco años me crié con ellos, toda vez que mis padres se encontraban trabajando en el extranjero.
Mi abuelo me llevaba todos los domingos a Riazor desde los dos años pero a esa edad no tenía capacidad para entender lo que estaba sucediendo en el estadio. Iba simplemente a pasar la tarde pero en ese momento empezó todo porque posteriormente ya no paré de ir al campo.
Mi padre también era muy deportivista y mi madre sigue siéndolo, en general toda mi familia estamos muy metidos con el equipo.
Personalmente me tocó vivir años complicados en Segunda División y recuerdo con mucha pena la tarde del ascenso fallido a Primera contra el Rayo Vallecano a inicios de los años ochenta, nos quedamos allí tirados todos, muy desanimados, porque lo teníamos muy cerca.
Sin duda la máxima decepción que he experimentado como deportivista fue el partido del penalti de Djukic, en mi casa no pude mirarlo y la verdad es que me volví loca. No fui capaz de verlo y tardé años en poder hacerlo a través de la televisión. Me regaló mi marido el libro de Javier Guillén sobre el penalti, lo estoy leyendo y el capítulo del propio lanzamiento me dio hasta ansiedad, me puse demasiado nerviosa.
Dentro de todo lo bueno que nos ha tocado disfrutar me quedaría con la primera final de Copa del Rey de 1995, que me tocó vivir en primera persona los dos días y fue una experiencia estupenda; estábamos allí en Madrid casi toda la familia, mis primas, mis padres, mis hermanos... fue una maravilla.
En todos estos años tuve la suerte de poder asistir a los partidos de Juan Carlos Valerón, que fue fantástico; también me gustaba mucho Diego Tristán porque yo soy mucho de delanteros y me parecía un ariete de los que ya no quedan. También Makaay era un hombre que marcaba la diferencia, siempre me he fijado en los jugadores que anotaban goles, han sido especiales para mí.
Llevo exactamente 28 años viviendo en Valencia y reconozco que llevo muy mal no poder estar lo cerca que me gustaría del Deportivo.
Veo los partidos a través de la televisión, escucho la radio, leo los periódicos —especialmente el vuestro, que es el que más información del Deportivo brindáis—, me desplazo con el equipo cada vez que puedo...
Tengo una amiga que se llama Lucía que me acompaña en los viajes del Dépor, especialmente a los que son relativamente cerca de Valencia, aunque también hemos estado varias veces juntas en Riazor.
En la segunda vuelta queremos estar presentes en Elda y también en Castellón, esperemos poder ir a estos dos desplazamientos.
Esta temporada no sé a ciencia cierta lo que le está faltando al Deportivo para estar un poco más arriba en la clasificación, posiblemente estemos echando de menos la figura de un goleador, un hombre de área que transforme todo lo que llegue en ocasiones de peligro o en goles. No tenemos un delantero al que las defensas rivales le tengan miedo.
Cuando fichamos a Bouldini lo conocíamos muy bien del Levante y nos costó creernos el asunto porque ya sabíamos de qué pie cojeaba.
Necesitamos mejorar un pelín en la segunda vuelta porque hubo partidos en los que jugamos bastante bien, como por ejemplo ante el Levante en Riazor, pero siempre tenemos un par de errores graves que te condicionan.
El equipo debe tener más confianza en sí mismo, creerse que puede sumar más puntos porque tenemos potencial en la plantilla.
Debemos ser conscientes de que ya no llegamos al ascenso directo esta temporada, como mucho en caso de una gran reacción estaríamos hablando del playoff.
La gente aquí en Valencia alucina con nuestra afición, mis amigas y yo vamos al Levante normalmente y cuando vienen a Riazor alucinan por colores, les parece un ambiente de fútbol increíble.