Como le está sucediendo a varios futbolistas del Deportivo en este tramo final de temporada, Omenuke Mfulu está próximo a recibir su última gran oportunidad del curso para arreglar lo que hasta ahora está siendo un primer año decepcionante como blanquiazul. Con José Ángel sancionado salvo giro inesperado por parte de Competición, el mediocentro congoleño apunta a tener la oportunidad de maquillar lo que hasta ahora está siendo un primer año decepcionante como blanquiazul.
Mfulu recaló en A Coruña el pasado verano con el objetivo de dejar atrás un año convulso en Las Palmas y recuperar la normalidad. Hasta ahora ha podido lograrlo a medias y, sobre todo, de forma discontinua. Muy querido en las islas, el mediocentro fue un baluarte en la última etapa amarilla en Segunda, superando los 2.000 minutos en dos campañas consecutivas y convirtiéndose en pieza clave del ascenso a Primera División. Todo empezó a cambiar en verano de 2023, cuando un viaje a su país para disputar un partido de clasificación para la Copa África terminó con el futbolista contagiado de malaria y prendiendo la mecha de una campaña 2023-24 en la que apenas tuvo protagonismo.
Once partidos, únicamente cuatro como titular y 375 minutos. A eso se limita la hoja de servicio de Nuke en el curso que precedió su llegada a Riazor. A nivel cualitativo, los números tienen todavía menos impacto, ya que tres de esos partidos en los que salió de inicio fueron en Copa del Rey ante el Manacor, el Tudelano y el Tenerife, único rival del fútbol profesional, eliminatoria en la que Las Palmas fue eliminado.
El otro fue en el Bernabéu. Los focos más brillantes para lo que era su estreno como titular después de una pretemporada e inicio de Liga complicado, precisamente por la malaria. El desenlace no fue el esperado. Mfulu jugó 45 minutos antes de tener que ser sustituido por una lesión en el bíceps femoral. No volvió a jugar en Liga hasta diciembre, con menos de un cuarto de hora ante el Athletic de Bilbao en el que sería su penúltimo encuentro con la camiseta de Las Palmas. El último fue la citada eliminatoria del derbi canario unos días antes de hacer las maletas para participar en la Copa África. No tuvo mucha más participación con Congo, reducida a dos partidos en los que participó 3 y 44 minutos respectivamente para finalizar, a 10 de febrero, su curso futbolístico.
Rescindió en Canarias y puso rumbo al norte buscando un reinicio. Volver a sentirse futbolista en un proyecto ambicioso y una categoría que había dominado recientemente no solo en Gran Canario, sino también en Elche. Pero le costó arrancar. Mucho. Después de un verano en el que incluso estuvo apartado en el conjunto amarillo, tuvo que hacer una puesta a punto apresurada que le costó algún susto. En las seis primeras jornadas acumuló únicamente 38 minutos en cuatro partidos. Totalmente ausente en el estreno liguero ante el Oviedo, baja de última hora para viajar a Córdoba por unas molestias.
Su debut en el once fue a finales de septiembre, participando en el primer gran encuentro del equipo blanquiazul con la goleada en el Belmonte. Tres partidos y medio duró antes de que el bíceps femoral, en este caso de la pierna derecha, volviera a darle problemas. Al poco de arrancar el segundo tiempo ante el Eldense en Riazor, Mfulu tuvo que pedir el cambio y se pasó prácticamente un mes en el dique seco.
Su recuperación y el cambio en el banquillo dio paso a su mejor racha de juego con el Dépor. La idea de Gilsanz, con un plan que expone menos a sus mediocentros, le venía bien para sacar a relucir su gran virtud: la superioridad en los duelos cuerpo a cuerpo. No dudó el técnico de Betanzos de tirar de él nada más tenerlo a disposición y encadenó una serie de ocho jornadas saliendo de inicio e incluso registrando sus primeros partidos completos en año y medio. El 7 de diciembre de 2024 ante el Zaragoza jugó por primera vez 90 minutos desde que lo hiciera en el tramo final de temporada con Las Palmas el 22 de abril de 2023.
Su vuelta a las islas volvió a ser desafortunada. Frente al Tenerife, en un partido en el que Gilsanz le había dado refresco para gestionar cargas en una semana de tres partidos, entró en la segunda parte y tuvo que volver a salir antes de que el árbitro pitara el final del encuentro. Nueva lesión muscular, esta vez para frenarlo otras tres semanas.
La consolidación de José Ángel y, de nuevo, un regreso en el que se le notó el tiempo de baja, ha provocado que Mfulu fuera perdiendo poco a poco peso en el equipo. Desde su vuelta en el partido ante el Huesca el 23 de febrero han pasado ocho jornadas en las que Nuke no ha vuelto a ser titular. 104 minutos, incluidos dos encuentros en los que se quedó a cero, para apenas un 14,4 por ciento de tiempo de juego del que podría haber estado sobre el terreno de juego en estos casi dos meses.
Y lo peor es que sus últimas apariciones, especialmente la de Anduva, no dejan mucha tranquilidad en cuanto a un rendimiento óptimo en caso de necesitarlo para el final de Liga. Se le vio lento, como en la jugada que le costó la amarilla nada más salir al césped, y con muchos problemas para gestionar situaciones a campo abierto.
El congoleño tiene ahora por delante siete jornadas, en las que previsiblemente ganará protagonismo, para poner en marcha de nuevo ese contador de la normalidad y sentar las bases para que la 2025-26, en la que tiene contrato con el Deportivo, sea la del regreso definitivo de ese jugador que dominó la Hypermotion en el último lustro.