Elda mostrará el camino del Dépor
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17º-23º

Elda mostrará el camino del Dépor

El equipo acaba la jornada diez puntos sobre el descenso y tiene la opción de sumar, por primera vez, tres victorias seguidas y dejar la zona roja a un abismo de distancia
Elda mostrará el camino del Dépor
Ximo Navarro profundiza en la defensa del Almería durante el partido del pasado domingo | PATRICIA G. FRAGA

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Después de ponerle la guinda ante el Almería a un más que notable mes de enero, el Deportivo ha conseguido separarse de la zona peligrosa de la clasificación lo suficiente como para tomarse un respiro. Lo justo, en todo caso. Porque la Liga Hypermotion no ofrece demasiados llanos en los que pararse a reflexionar sobre si uno sube o baja. Así, el equipo blanquiazul afrontará el próximo domingo en el Pepico Amat de Elda una encrucijada que le revelará verdaderamente su sitio en la categoría de plata esta temporada.

 

Tras el empate sin goles del Eldense en Oviedo en el último partido de la jornada, el Dépor disfruta hoy de su día de descanso en un colchón de diez puntos sobre los puestos de descenso después de haber sumado 11 de los últimos 18. La frontera la marca precisamente el cuadro alicantino, próximo rival, que aparece en el camino como el último gran escollo antes de diseñar la hoja de ruta definitiva del Dépor en lo que queda de campeonato.

 

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Vencer al Eldense, lo que supondría encadenar tres triunfos por primera vez esta campaña, significaría además dejar el abismo a trece puntos. Y las sensaciones serían incluso más rotundas que las matemáticas. El conjunto herculino, aunque no siendo siempre capaz de plasmarlo en el marcador, se ha mostrado solvente en los enfrentamientos directos contra rivales que pelean la permanencia. Tumbar a los de Oltra lanzaría el mensaje definitivo al resto de la liga de que esas cuentas ya no son cosa del Deportivo.

 

Porque es en estos momentos de la temporada donde la clasificación se está partiendo. Quedan 16 jornadas, tiempo más que suficiente para engancharse a la encarnizada pelea por el playoff de ascenso, ahora mismo a nueve puntos de distancia, la que marcan Oviedo y Almería. Suficiente porque, además, el equipo deportivista tiene que enfrentarse a siete de los equipos que están por encima en la clasificación. Hasta ahora no había sido capaz de vencer a ninguno de los aspirantes, por lo que el triunfo del pasado domingo puede entenderse también como una señal para afrontar con confianza lo que queda por delante. El vestuario nunca ha ocultado la sensación de que se veían preparados para más y el domingo tanto Yeremay como Mario Soriano mantuvieron la apuesta: “Queremos ir hacia arriba”. El contrapeso ahí lo pone Gilsanz. El técnico no busca cortar las alas de un equipo que se siente en el mejor momento de la temporada, pero sí lanza un mensaje de cautela y, sobre todo, anima a no ampliar el foco más allá de los próximos siete días. Como diría su predecesor: “Eldense, Eldense, Eldense”.

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Arenas movedizas

 

Obviamente, el partido de este domingo también deja abierta la posibilidad de la otra linea temporal. La opuesta. Esa protagonizada por el Dépor más irregular capaz de autosabotearse y permitir que un rival que estaba ya en la lona se levante para intentar un último asalto. Caer, además de dejarse el golaveraje —el partido de Riazor terminó 1-1— daría vida a un Eldense que trata de agarrarse a un clavo ardiendo después del reciente cambio en el banquillo.

 

Los azulgrana han dado un vuelco a su plantilla en enero y no tirarán la toalla. Menos si tienen la posibilidad de colocarse a siete de los de Gilsanz para mantenerlos en una pelea en la que cada vez van quedando menos candidatos. Por no hablar del golpe anímico que supondría para un vestuario blanquiazul que ya solo se planteaba mirar hacia arriba. No se encenderían las luces de alarma, en todo caso, pero sí obligaría a reagruparse y centrar el rumbo pensando en la recta final.

 

16 partidos
quedan por disputar,ocho se jugarán en Riazor y otros tantos fuera de casa.

 

Y falta la tercera vía. Las tablas. El mal menor que mantenga al mismo tiempo la ventaja, pero que revoca cualquier licencia para soñar. Sumar un punto en Alicante dejaría al equipo coruñés en tierra de nadie. Esa media tabla que en la histérica ‘Hypertensiones’ dibuja una especie de purgatorio al que aspiran todos los integrantes del vagón de cola y tratan de evitar los aspirantes a pelear cotas mayores. Es ese un terreno peligroso, ya que la propia composición de la competición impide moverse demasiado en ese territorio sin elegir dirección. Trampolín o trampilla.

 

Los precedentes dejan al Dépor cerca de la orilla, aunque si algo le ha enseñado al equipo blanquiazul la historia es que nunca puede fiarse de lo común. Desde el último cambio en el sistema de competición en Segunda, en la temporada 2010-11, el descenso ha estado prácticamente siempre entre los 45 y los 50 puntos, frontera que ha sido necesaria solo en una ocasión en las últimas diez campañas. Sí, el protagonista fue el propio Dépor, que el año de la pandemia descendió a Segunda B con 51.

 

La tentación hoy invita a mirar más allá. Al ambicioso techo de unos playoff de ascenso a Primera que suelen exigir en torno a los 65 puntos. Las cuentas ahí pasan por acercarse a un botín del 50% de victorias en las jornadas que quedan. Empezando, claro, por el duelo con el Eldense. El domingo a eso de las 18.30 horas sabremos en qué tren se ha subido. 

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