La salida de Jaime Sánchez no solo implica perder a otro de los capitanes blanquiazules (el tercero que ya no estará en el barco deportivista, tras la marcha de Lucas Pérez y Pablo Martínez). También supone decir adiós a uno de los supervivientes de las temporadas de penuria que transitó el Deportivo fuera del fútbol profesional.

Tres de los cuatro cursos en el barro los pasó en sus filas el defensa andaluz que, no obstante, pudo celebrar el ascenso a Segunda División la campaña pasada.

Quedan ahora solo tres supervivientes previos al ascenso: Mario Soriano, Yeremay y Diego Villares. Este último puede ‘presumir’ de haber completado las cuatro campañas en el barro. Es uno de los que portan el brazalete y sigue en nómina en la entidad herculina. 
 

El de Samarugo, con contrato hasta 2027, es el único que queda de aquella “Longa noite de pedra”, que había iniciado el Dépor en la temporada 2020-2021, el último año de la extinta Segunda B. Había llegado entonces, de la mano de Rubén de la Barrera, junto a Rayco, ambos recién promocionados desde las filas del Fabril, como refuerzos del mercado invernal. Su crecimiento y galones en el equipo han ido a más cada temporada y pese a su juventud (28 años) es uno de los futbolistas fuertes dentro del vestuario. 
 

También ha experimentado un crecimiento exponencial Yeremay. Subió al primer equipo en el curso 2020-2021 de la mano de Borja Jiménez y la siguiente temporada llegó a diputar 21 partidos. Su rendimiento e importancia las dos últimas campañas están fuera de toda duda.

Un valor que el Dépor peleará por retener en este mercado estival. Otro joven pero que ya exhibe maneras de veterano es Mario Soriano. El de Alcalá de Henares tan solo se perdió un año de los cuatro que el Dépor se pasó en el barro. Fue en la temporada 2023-2024, cuando jugó cedido en las filas del Eibar. Su vinculación con el Dépor es hasta 2028.

Tienen en común tanto Jaime, como Mario Soriano, Diego Villares y Yeremay que los cuatro sufrieron en sus carnes la final del playoff ante el Albacete de la temporada 2021-2022. Un palo en Riazor con Villares y Soriano en el once y Jaime y Yeremay en el banquillo.

Pero, como las desgracias nunca vienen solas, el destino aún les tenía guardada otra desagradable sorpresa. En la temporada 2022-2023, en el partido de vuelta de las semifinales del playoff de ascenso contra el Castellón, Jaime era titular en el centro de la zaga junto a Pablo Martínez. El defensa galo había llegado ese curso al equipo, procedente del Nîmes, y era la pareja habitual de Lapeña, que ese día estaba en el banquillo. También estaban en aquel once Villares, Mario Soriano y Yeremay. El partido se zanjaba con derrota, en la prórroga, por 4-3, lo que apeaba al Dépor de poder seguir en la lucha por el ascenso a Segunda. 

Una temporada después, en la 2023-2024, los cinco futbolistas estarían celebrando el ansiado retorno al fútbol profesional, después de haber puesto los cimientos para que se consiguiese. Dos de ellos, Jaime y Pablo Martínez, están ya fuera del equipo y con su adiós parece desvanecerse una parte de esa historia de un Deportivo que no puede olvidar de donde viene.

Los ídolos de aquel ascenso y de aquella complicada travesía primero en Segunda B y posteriormente en Primera RFEF van abandonando un Dépor que apunta a una profunda reestructuración de cara al curso venidero. Mientras tanto, se cuentan con los dedos de una mano los supervivientes de aquel pasado, aún reciente y que todavía recuerdan equipo y afición.