Alberto Sánchez, portero cedido por el Deportivo al Unionistas, protagonizó la anécdota del duelo que disputaron coruñeses y salmantinos en Riazor en la primera vuelta. La expulsión del guardameta titular del conjunto charro a los 56 minutos de juego, Salva de la Cruz, permitió al arquero nacido hace 22 años en Plasencia estrenarse en la categoría de bronce, precisamente en un escenario donde no había tenido la oportunidad de exhibirse defendiendo los colores de la escuadra blanquiazul.
Como en la primera vuelta, el sábado arrancarás el partido en el Reina Sofía desde el banquillo. Pero visto lo visto...
Es Salva el que está jugando, pero quién sabe si puede pasar cualquier cosa. Yo voy a intentar estar lo más preparado posible para ayudar al equipo y con todas las opciones.
Dijiste que cuando el árbitro mostró la roja a tu compañero, te costó asimilar que te tocaría entrar. Si se repite este ‘finde’, te sorprenderá menos.
Sería una sorpresa, pero habiendo ocurrido una vez y siendo el mismo rival, ya tienes un poco el recuerdo y sabes que si pasó una vez, podría volver a pasar. Pero, en principio, que no se repita, por el equipo sobre todo, porque significaría que nos quedamos con diez.
Han transcurrido dos meses y medio desde aquel partido. ¿Qué es lo primero que viene a tu mente?
Un recuerdo muy bonito y muy especial. Con el tiempo aún lo valoro un poco más porque fue mi debut en Primera RFEF, en Riazor y ante mucha gente. Fue un momento inolvidable.
¿Con qué instante te quedas?
Fue muy especial el momento de cambiarme de ropa, de entrar al campo, cuando llegué a la portería y los Riazor Blues me aplaudieron. Y al final cuando vi a mis padres en Pabellón Superior y me saludaron. Fue muy emocionante para mí.
Después del partido con el Depor, jugaste los cuatro siguientes y con buenas actuaciones. ¿Cómo te sentiste?
Fue como una prueba de fuego porque nunca había jugado más allá de Tercera y me hizo sentir que podía competir en Primera RFEF. Jugué varios partidos de titular, dejé la portería a cero en tres ocasiones y después de la derrota con el Majadahonda, el míster decidió quitarme, pero fue una buena experiencia a nivel personal.
Nunca me había tocado ser el portero suplente; hay que saber gestionarlo y ser fuerte de cabeza
Tras la visita a Majadahonda te tocó regresar de nuevo al banquillo para estar en un segundo plano. ¿Qué es lo más duro de ser portero suplente?
Nunca me había tocado ser el portero suplente, siempre había jugado bastantes minutos, pero lo difícil es la sensación de no poder ayudar al equipo desde dentro, no sentirte tan útil como otros compañeros que juegan, saber que el entrenador prefiere a otro compañero antes que a ti, pero hay que saber gestionarlo y hay que ser fuerte de cabeza.
Suplencia en un Primera RFEF, debut en la categoría, cinco partidos seguidos disputados, vuelta al banquillo... a principio de curso te marchaste cedido para coger experiencia y creo que la estás adquiriendo con creces, pasando por diferentes situaciones.
A nivel de minutos no está siendo una gran temporada, pero en cuanto a experiencia he vivido diferentes escenarios, teniendo que ser suplente, ganarme la titularidad, volver a ser suplente. Estoy contento con lo que he vivido y mis actuaciones. A nivel personal es una gran experiencia.
Habéis ganado tres de los cinco duelos que habéis disputado con el nuevo técnico y los dos últimos en casa. Que se prepare el Depor.
Sí, desde que llegó el nuevo míster hemos conseguido buenos resultados, ganamos los dos partidos en casa, otro fuera, en Badajoz merecimos más... nos estamos jugando la salvación y el sábado vamos a ir a sacar los tres puntos, que bastante los necesitamos.
Se esperan entre 1.500 y 2.000 aficionados blanquiazules en el Reina Sofía, así que las fuerzas en la grada van a estar bastante equilibradas.
Sí, el desplazamiento del Depor va a ser en masa y esperamos un ambiente increíble.
La propia afición del Depor se sugestiona y cada vez quieren ir más; es de aplaudir
26.745 espectadores en Riazor hace tres jornadas contra el Castilla, 2.500 desplazados a León hace dos semanas, 25.135 personas el pasado domingo ante el Celta B y ahora se rozarán los dos millares en Salamanca. Lo de la afición del Depor es una locura.
No tiene explicación. Transcurren las jornadas, incluso al equipo le va mal, que no consigue asentarse en cabeza, y parece que la gente hace más piña y arropa aún más al equipo. Es como que la propia afición se sugestiona y cada vez quieren más. Es de aplaudir.
El conjunto coruñés depende de sí mismo para lograr el ascenso directo, aunque no acaba de coger el liderato. ¿Cómo lo ves?
Depende de sí mismo, que es muy importante. Es verdad que no coge el liderato, pero tampoco se descuelga y el Alcorcón sólo le saca tres puntos y tiene que ir a Riazor. Estamos viendo que todos los equipos pinchan y el Alcorcón empató el otro día en casa con el Ceuta. Si el Depor consigue hacerse fuerte en casa y mejora fuera, lo va tener muy cerca.
¿En el Depor el próximo curso? No lo sé, aún queda temporada; ojalá, pero lo tiene que decidir el club
¿Te ves en el conjunto blanquiazul el próximo curso?
No lo sé. Aún queda para terminar la temporada, tienen que pasar cosas. Ojalá, pero es algo que tendrá que decidir el club en su momento y aún queda para tomar la decisión.
¿En qué sientes que has evolucionado más durante estos meses de cesión?
Como persona, he dado un salto de madurez. Y a nivel competitivo, te diría que he ganado cierta seguridad y tranquilidad conmigo mismo por disputar minutos en Primera RFEF.