Llegó y, en un abrir y cerrar de ojos, se adueñó del puesto como si llevase toda la vida en el Deportivo. Vera Martínez Viota (Astillero, Cantabria, 1999), entiende el defender como un arte y sueña, por qué no, con ganar títulos con la elástica blanquiazul.
Han tenido un nuevo parón en Liga F, ¿Cómo lo lleva?
Bien, seguimos entrenando porque al final no se puede parar del todo, pero siempre viene bien parar un poco el ritmo, frenar tanto las piernas como las cabezas, tomar esa parte que nos hace desconectar para volver a conectar y volver con más fuerza.
Es la jugadora de la plantilla con más minutos, lo ha jugado todo. ¿Cómo se encuentra a nivel físico?
La verdad es que me encuentro muy bien, creo que estoy en un buen momento de forma, me encuentro bien físicamente. Al final, la preparación física, el tipo de entrenamientos, junto con lo que me cuido fuera, el descanso, la alimentación, todo hace que puedas llegar en buena forma y que puedas rendir al nivel que el equipo me necesita.
Le sigue de muy cerca, con solo un minuto menos, Raquel, con quien forma una buena dupla.
Tuvimos muy buen feeling desde el primer día, lo que has dicho, nos llamamos de hecho la una a la otra "dupli". Creo que conectamos muy bien desde el primer día, a día de hoy sigue siendo así, nos entendemos muy bien tanto fuera como dentro del campo. Además de ser una excelente persona es una gran profesional y jugadora, entonces estoy encantada de poder compartir todos esos minutos a su lado.
Es la central indiscutible, ¿la cabeza inconscientemente se relaja?
No, trato de no acomodarme porque creo que eso es lo que te hace poder estar, tanto en todos los entrenamientos, como en los partidos, al nivel que tienes que dar. Esa autoexigencia es algo que hay que tener a pesar de tener esa confianza y estar jugándolo todo. Tenemos que autoexigirnos en cada entrenamiento, saber que cualquier compañera puede coger ese lugar, que todas están igualmente preparadas que yo para hacerlo. El no relajarme y el autoexigirme siempre es lo que me hace poder estar al nivel y poder estar disponible para poder jugar todos los partidos.
¿Se imaginaba cuando firmó por el Deportivo ser indiscutible?
Pues todas soñamos con eso, con poder llegar a Liga F y poder jugarlo todo. Imaginarlo no. Yo lo que quería era trabajar para poder dar la talla, para que el cuerpo técnico y el club confiara en mí y conseguirlo. Y al final creo que así ha sido, ellos han confiado en mí, yo he confiado en mí misma y eso hace que los resultados se den y que pueda conseguir ocupar ese puesto.
Primero convenció a Irene y ahora hace lo propio con Fran. ¿Cómo ha vivido ese cambio?
Bueno, fue difícil porque yo llegué en junio y compartí con Irene los 3-4 primeros meses. Estuve encantada con ella y yo le estoy muy agradecida. Al final fue con quien empecé aquí, fue quien me dio esa primera titularidad en Liga F y yo le estaré agradecida eternamente. Me dolió y me costó el cambio, porque se coge cariño a las personas, pasamos mucho tiempo y muchas horas aquí. Luego cuando vino Fran, pues contenta porque es un nuevo reto para mí. Tenía y tengo que hacer lo que sea para poder seguir en esta línea y en este ritmo que yo llevaba y por suerte con Fran también creo que he congeniado muy bien. Es un gran entrenador, una persona excelente también. Hemos hecho buena relación, confía en mí, yo confío en él y gracias a esto el equipo se está manteniendo y estamos consiguiendo los resultados que queremos.
El propio Fran siempre dice que llegó con una idea de juego que ha tenido que cambiar. ¿Cómo ha afrontado esa adaptación?
De primeras fue un poco de choque porque de repente teníamos un estilo de juego, un sistema y una idea muy diferente. Ahora jugamos con tres centrales, con Irene jugábamos con dos, que creo que es lo que más cambia el sistema. Al principio nos costó, porque es una idea diferente, una presión diferente, e incluso cambios de puestos para algunas jugadoras. No es fácil y eso conlleva un tiempo. No teníamos ese margen porque era ya semana competitiva y creo que para estas cosas a veces necesitas más tiempo. Una idea no se puede adaptar de un día para otro, creo que se necesita tiempo y pero lo estamos consiguiendo. Él nos lo va transmitiendo, nosotras nos hemos ido adaptando y ahora mismo el equipo está en un buen nivel de rendimiento y gracias a eso estamos consiguiendo el objetivo.
Al principio nos costó porque es una idea diferente, una presión diferente y eso conlleva tiempo.
¿Con qué sistema se siente más cómoda?
Yo me adapto. Lo que cuenta aquí es el equipo y no solo la zona en la que jugamos. Si el entrenador tiene esta idea, nosotros como jugadoras tenemos que hacernos a ella. Estábamos cómodas jugando con dos centrales y ahora con tres, nos estamos volviendo a encontrar cómodas ahí. Es simplemente acoger esas ideas y ese modelo de juego y adaptarse a ella, cambiar las cuatro ideas que se necesitan y creo que el equipo lo está consiguiendo y que estamos en el buen camino.
Desde fuera, Fran parece un entrenador muy cercano.
Es así. Lo que se ve en las ruedas de prensa y en el campo, es Fran las 24 horas. La verdad es que es una bellísima persona, tiene buen trato con nosotras, es alegre, motivador... Siempre tiene una buena cara, así que da gusto poder salir al campo y saber que vas a recibir una sonrisa o una buena cara.
Y confía en el equipo.
Sin duda, eso es lo más importante. Como jugadora es lo que te hace crecer, cuando no solo el entrenador sino todo el cuerpo técnico y el club confía en ti. Eso hace que tu propia confianza también aumente y que todo vaya mejor, eso nos hace mejores jugadoras, sin duda.
También cuentan con la figura de la psicóloca, ¿Recurren a ella?
Sí. Tenemos normalmente a Carolina, que es nuestra psicóloga. Hacemos con ella, antes de los entrenamientos, unas sesiones. Lo que ella decida y lo que nos toque. Trabajamos con ella 15 minutos, media hora, lo que nos toque. Además a nivel personal, cada una puede recurrir si así lo necesita. Personalmente, la figura de un psicólogo o un coach deportivo me parece imprescindible en el mundo profesional y de rendimiento porque creo que la cabeza lo es todo. Te puedo decir que sin la cabeza, no vas a ninguna parte. Cuando la cabeza rinde bien, todo va mejor. A mí me parece una figura imprescindible no solo en el fútbol, sino también en la vida y en cualquier ámbito a nivel de rendimiento.
Sabe bien de lo que va eso.
Sí. Nunca he dejado de estudiar. Cuando terminé bachiller empecé a estudiar psicología online, me saqué también dietética y nutrición y me saqué integración social. Me gusta formarme en todo lo que tiene que ver con la salud, con el rendimiento y con el deporte, que al final es a lo que me dedico. Si te organizas bien, todo se puede compaginar. Después del fútbol la vida sigue, la carrera de futbolista por desgracia es corta, entonces me gustaría dedicarme a algo relacionado con el deporte, con el rendimiento y la salud. Esta es la mejor manera, aprovechar estos años haciendo lo que amo hacer, que es el fútbol, y aprovechar para formarme y poder tener después un futuro.
Me gusta formarme en todo lo que tiene que ver con la salud, con el rendimiento y con el deporte.
¿Siente que en el Deportivo lo tienen todo para ser estrictamente profesionales?
Creo que sí, aquí el Dépor tiene todos los recursos. No solo las instalaciones que tenemos o el poder jugar en Riazor, que es un plus increíble. A nivel de recursos lo tenemos todo. Creo que estamos cubiertas por todos los lados y que tenemos los recursos suficientes como para poder salir al campo todos los días confiando en todo lo que el club nos da porque eso al final es que el club confía en nosotras y nosotros tenemos que darlo de vuelta.
Así es que son varias las que han optado por renovar.
Además de que signifique que se están haciendo las cosas bien, quiere decir que las jugadoras estamos felices aquí. No soy la primera renovación y ojalá que haya muchas más.
Firmó hasta 2026, pero por sus declaraciones se puede intuir que quiere estar aquí durante más años.
No sé lo que voy a estar o no. En el fútbol no sabemos lo que nos puede llegar. A día de hoy sé que me siento como en casa aquí, estoy feliz aquí. De momento sé que el año que viene sí que voy a estar aquí y ojalá, ojalá sean muchos más pudiendo disfrutar con el Deportivo en Primera División.
Habló incluso de ganar títulos.
Ojalá, eso sería ideal.
¿Cómo ha cambiado Vera desde su primera experiencia en Primera División?
A día de hoy soy una jugadora mucho más madura, con muchas más ideas en la cabeza, con más gestión, no solo emocional, sino deportiva. Creo que, en general, lo que implica la palabra madurez, es lo que ha cambiado en mí. He ido creciendo y ojalá siga así, porque sé que no me pongo ningún límite y me gustaría seguir aprendiendo y disfrutando de esto muchos años.
Llama la atención lo limpia que es al corte. De hecho, solo lleva una tarjeta amarilla siendo central.
Lo trabajo, pero también te diría que viene un poco innato. Por lo general a todo el mundo le gusta atacar, pero a mí me gusta defender y disfruto defendiendo. Creo que el defender es un arte, es un don y creo que viene conmigo. Lo mío es defender y disfruto haciéndolo. Además de que lo aprendemos, lo trabajamos, lo corregimos en los vídeos y en los campos de entreno, es algo que va un poco con la jugadora, su forma de robar el balón. Yo disfruto defendiendo, me encanta.
El defender es un arte, es un don y creo que viene conmigo, viene un poco innato.
Ha tenido diferentes compañeras en ese lateral izquierdo. ¿Qué tal lleva esos cambios?
El buen grupo humano que tenemos, hace que luego en el campo con todas te puedas entender. Estoy cómoda con Sami, Pancha y Olaya. Da gusto jugar con cualquiera de ellas.
Olaya es un todoterreno.
Da igual donde la pongas. Lo tiene todo para triunfar esa niña, da gusto jugar con ella.
¿Tiran de calculadora en el vestuario?
La verdad es que estamos tranquilas. Es inevitable hablar de la clasificación, de los puntos que faltan, los que no faltan, los que se pueden conseguir... Pero no es algo que nos quite el sueño. Pensamos más en nuestro trabajo diario, en qué rival nos viene y qué podemos hacer contra este rival para sacar los tres puntos. No es algo que nos obsesione.
¿Cómo ve el partido ante el Levante Badalona? En la primera vuelta les arrebataron los tres puntos en el descuento.
Pues sí, duelen esos tres puntos. En el 90 o en el 91, no recuerdo el minuto exacto en el que fue. Recuerdo perfectamente el partido y el gol. Es un equipo del que estamos cerquita en la clasificación, así que es un partido importante para nosotras y tenemos que ir a por los tres puntos. Tenemos que seguir confiando en el juego que estamos haciendo. El trabajo diario es buenísimo y eso hace que lleguemos a fin de semana con ganas de llevarnos los tres puntos.
En la plantilla del Levante Badalona hay jugadoras con muy buen 1vs1 como Elena Julve, un perfil similar a Ainhoa.
Sí, total. De hecho se llevan súper bien, son muy amigas, así que se les debe pegar (risas). A mí me encanta. Me encanta tener delante a grandes jugadoras porque eso saca lo mejor de mí también. Cuando sabes que tienes delante a alguien que tiene recursos de todo tipo, que se te va en velocidad, que te puede hacer un regate, que te mete cuerpo... A mí me encanta porque como defensa te hace dar lo mejor de ti o esto no va a ningún lado, ¿no? Entonces eso te hace autoexigirte más y al final sacas la mejor versión.
¿Cómo y cuándo se engancha al fútbol?
Yo vivo enganchada al fútbol desde que nací. Es cierto que primero hice baile, además todos los tipos de baile que existían... Lo bailaba todo. Siempre me gustó el fútbol, pero empecé el baile porque antes no había casi fútbol femenino. Hasta los 13 años no pude empezar en un equipo femenino porque no había, solo había de fútbol sala, y a mí no me gustaba, yo lo que quería era el campo. Primero hice baile, pero yo en las clases de baile me dedicaba a chutar los fitball, las bolas de gimnasio que había, porque lo mío era el fútbol. Se dieron cuenta desde el primer día. Y mis padres también. Mi padre fue futbolista y mi hermano es futbolista. Es algo que llevamos en la sangre. Siempre me ha interesado el fútbol. Cuando iba a ver a mi padre o a mi hermano en medio tiempo, yo cogía un balón, mi madre me ponía en falda y botas y llegaba destrozada a casa porque lo mío era coger el balón y saltar al campo y empezar a chutar. Siempre he querido ser futbolista y es el sueño que desde que tengo uso de razón tenía en mi cabeza, así que lo estoy cumpliendo.
Mi madre me ponía en falda y botas y llegaba destrozada a casa porque lo mío era coger el balón, saltar al campo y empezar a chutar.
Su padre estará orgulloso.
Sin duda, sin duda. Mi padre vive muy orgulloso, tanto de mí como de mi hermano, que también juega. Y mi madre, a pesar de que el fútbol no le encantaba, se casó con un futbolista, tiene dos hijos futbolistas y a día de hoy, junto con mi padre, son los primeros que vienen a los partidos y que lo disfrutan.
¿Pudieron venir a Riazor a verla?
Cada quince días están aquí (risas). Vienen todos los fines de semana que jugamos en casa a verme. Mis padres, mi hermano y el resto de familia, siempre que pueden, se escapan aquí a vernos y a disfrutar de Riazor.
Es bonito tenerlos aquí cada quince días.
Sin duda. Saber que la familia está cerca y que te apoyan, tu sueño, es un lujo y yo vivo muy agradecida a toda mi familia porque lo han hecho desde el primer momento.
Santanter y A Coruña guardan similitudes.
Sí, sí, y creo que eso también es lo que me hace que me sienta como en casa. El llegar a una ciudad donde tienes mar, montaña y todo lo que yo tengo en Cantabria, poder tenerlo aquí, es lo que me hace sentirme en casa. Yo necesito tener el mar cerca, y aquí lo tengo. Entonces, eso para mí es un plus y es muy necesario. Viví cuatro años en Vitoria, otros dos en Pamplona, que no tenía el mar cerca y la verdad que me costaba.
No le imagino en Madrid.
Uy, me muero, yo en Madrid me muero (risas). Yo necesito el mar cerquita. Necesito ver el mar, oler el mar, y aquí el poder tenerlo cerca hace que me sienta como en casa.
¿Tiene ya algún rincón favorito de A Coruña?
Uff, diría cualquier sitio donde haya un acantilado y se vea el mar. Disfruto con el mar, con los paisajes en los que se ve el mar, las montañas detrás, las olas, el sonido del mar… Me gusta mucho. No soy tan urbanita, no soy tan de ciudad, me gusta estar un poco más lejos de todo eso e incluso verlo como desde la otra parte, ¿no? Entonces me gustan los sitios donde estoy tranquila, donde puedo escuchar, pues esto, la naturaleza, los pájaros, el mar...
¿Entonces siente A Coruña como un poco su casa?
Yo soy muy cántabra, pero es cierto que aquí me siento un poco como en casa por eso, porque el estilo de vida y la calidad es muy parecida, entonces me hace sentir bien aquí. Son ciudades similares, el estilo de vida, la comida, la gastronomía, todo es muy parecido.