Sin grandes novedades en cuanto a estructura ni a apuesta en el once inicial, el Fabril supo adaptarse bien al campo de A Grela para competir de tú a tú con el Silva y conseguir la victoria a los puntos. El equipo de Óscar Gilsanz es el primer que gana en feudo silvista.

1. Sin modificación de sistema: 1-4-2-3-1

Óscar Gilsanz no buscó una revolución ni en su once inicial ni en cuanto a dibujo táctico para afrontar uno de los partidos más incómodos de la temporada ante un Silva que no había perdido en los seis encuentros disputados en A Grela. El entrenador betanceiro del Fabril mantuvo el sistema porque el que ha apostado desde la pretemporada: 1-4-2-3-1 sin grandes novedades excepto la presencia de Iano Simao y Víctor Guerra por delante de los dos laterales.

2. Trabajo y presencia en las dos bandas

Precisamente la apuesta por Iano y Víctor como extremos fue uno de los principales matices del Fabril respecto a la gran mayoría de encuentros de esta temporada. El guineano, habitual lateral izquierdo, dejó su posición en la línea defensiva al central Juan Rodríguez por lo que hubo una especie de doble lateral en el carril izquierdo. En la derecha actuó el habitual, Iván Guerrero, pero el extremo que actuó por delante no fue Runy, tampoco Mella sino Víctor, un futbolista de más trabajo.

3. Atención en disputas y segundas jugadas

Óscar Gilsanz, que visitó A Grela como entrenador en más de una ocasión y que presenció infinidad de partidos en la grada de la instalación del Silva, sabía perfectamente que su equipo sufriría si no dominaba las disputas y, sobre todo, las segundas jugadas a nivel defensivo. Aunque el dominio en el primer tiempo fue alterno, el Fabril no permitió que el Silva rematase con claridad en ninguna ocasión más allá de la incertidumbre por los envíos directos al área, que fueron bien neutralizados.

4. Contra perfecta para tomar ventaja: 0-1

Si el Silva es uno de los mejores locales de la liga es porque concede muy poco a nivel defensivo en su terreno de juego. Todos los jugadores dominan los espacios a la perfección, son contundentes y mantienen un nivel de concentración alto durante muchos minutos. En cambio, el Fabril aprovechó uno de los pocos despistes para montar una contra perfecta. Iano encontró una autopista por la izquierda, cabalgó sin oposición y sacó un centro perfecto para Davo, que hizo el 0-1.

5. La importancia del balón parado

El Silva tuvo varios saques de esquina en la primera mitad y todos fueron bien neutralizados por el Fabril, que metió a los diez futbolistas de campo dentro del área para evitar que quedasen zonas y hombres sin defender. Curiosamente, el único córner en el que cometió un despiste el Depor B fue en un envío raso de Antón Garda para Marcos Gómez, que consiguió rematar con la zurda sin demasiada precisión. Tan importante el balón parado en A Grela que el 1-1 de Marcos llegó en un saque de banda y el 1-2 de Barcia en un saque de esquina.

6. Un 4+2 inamovible en los 90 minutos

Una de las claves en el buen funcionamiento del Fabril contra el Silva el pasado miércoles fue su equilibrio defensivo. El lateral Iván Guerrero se incorporó al ataque mucho menos que en otras ocasiones –Antón Garda también creó menos peligro que en otras citas–, el lateral izquierdo Juan Rodríguez también se mantuvo en la posición y Brais Val estuvo cerca de la línea defensiva en todo momento. Esos cinco jugadores y Fabio, que tuvo más libertad en el medio, disputaron los 90 minutos.

7. Madurez en los últimos minutos

Barcia anotó el 1-2 en el 79, con un cuarto de hora por delante en el que el Silva arriesgaría. En cambio, el conjunto de Bardanca apenas generó peligro. A pesar de su juventud, los jugadores del Fabril desempeñaron bien el otro fútbol. Hubo interrupciones, algunas tarjetas, incluso opciones a la contra para el filial, pero el Silva no tuvo ninguna ocasión clara.