Atrevimiento y riesgo en la presión, talento individual a disposición del colectivo en la parcela ofensiva, contundencia en área propia e infinitos kilómetros en la medular. Para ganar a un gran equipo como el Fabril es necesario completar un gran partido y eso fue lo que hizo el Arzúa. Se adelantó con un penalti anotado por Chiño y el Depor B le pagó con la misma moneda para hacer el 1-1. Iñaki, el futbolista más determinante, resolvió en el 84, cuando el filial más arriesgaba.
Formando un 1-4-2-3-1 que en defensa era 1-4-4-2, el Arzúa salió con la línea defensiva habitual y con un doble pivote compuesto por Pájaro y Toni, con Brais en la derecha, Óscar Lorenzo en la izquierda, Iñaki en la mediapunta y Chiño como referencia ofensiva. Tampoco presentó grandes novedades Gilsanz. Las únicas dudas podrían estar en el acompañante de Brais Val (optó por Fabio) y en la elección del delantero (fue titular Cambón, el mejor de los blanquiazules, y Davo suplente). El resto del once fue el esperado, con dos juveniles (Barcia y Mella) de la partida.
El Arzúa, posicionado en campo contrario en fase defensiva aunque sin un carácter suicida, aceleraba en la presión con los pases atrás y, sobre todo, cada vez que había balones divididos. La idea era obligar al Fabril a jugar directo, dominar las segundas acciones y aprovechar los espacios que podrían dejar los blanquiazules entre líneas para transitar. Iñaki aprovechó una mala vigilancia en el minuto para enfilar portería con diagonal hacia dentro. Le ganó la posición a Barcia, que llegó por detrás del cedido por el Racing derribándolo y cometiendo penalti. Chiño lanzó al medio y marcó.
El Fabril mejoró con el paso de los minutos, sobre todo cuando consiguió encontrar una solución ofensiva en la espalda de los laterales locales. En la más clara, Runy profundizó bien por la derecha obligando a Marcos a abandonar la zona de defensa de centro lateral. El ex del Extremadurapuso el balón al borde del área pequeña y Cambón remató con la derecha al larguero. Fue la más clara del Depor B.
El segundo acto empezó con dos ocasiones, una para cada equipo: la primera fue de Mella para el Fabril tras una apertura de Fabio que resolvió Cristopher desviando a córner y la segunda de Chiño para el Arzúa tras un pase de Brais interviniendo Alberto con acierto.
Chollas fue el primero en mover ficha, tanto de futbolistas como de estructura. Al entrar Pedro Delgado por Óscar (min.55), el Arzúa invirtió el triángulo del medio actuando Pedro como pivote con Pájaro y Toni –hizo un partidazo– en sus costados. Esa modificación implicó que Iñaki pasase a jugar en la izquierda. Diez minutos después, el técnico local hizo un cambio ‘defensivo’ para ganar el partido. Aunque parezca una incongruencia, no lo fue. Acabó con línea de cinco defensas, con doble pivote y con tres futbolistas, los de más talento del equipo –Iñaki (fue determinante), Brais (la madurez) y Chiño (lo hizo todo bien)–, flotando en ataque y desnudando los despistes en las vigilancias del Fabril. Con ese dibujo Arzúa no sufrió por fuera y defendió mejor los centros laterales.
En el 75, Cambón se revolvió bien en la frontal y, con habilidad, se metió en el área entre muchas piernas locales. Una de ellas lo derribó. Penalti que anotó Runy. Con 1-1, Gilsanz hizo un cambio para tratar de remontar con juego directo: acabó con dos puntas –Cambón y Davo– y con Mella y Nájera por fuera. El Arzúa se apoyó en la contundencia de sus centrales –Marcos lo despejó absolutamente todo y Aleix corrigió en más de una ocasión a sus compañeros– para no pasar apuros salvo en un córner en el que Juan pudo marcar en el 88.
Antes, en el 84, Iñaki firmó el golazo del triunfo a pase de Toni tras un desmarque más propio de un extremo desajustando defensivamente al Fabril.