El peruano Renato Tapia se convirtió este martes en el primer fichaje del Celta de Vigo para la temporada 2020/21. Centrocampista de corte defensivo, llega libre tras acabar su contrato en el Feyenoord después de cinco temporadas y firma por cuatro campañas hasta junio de 2024..

Internacional absoluto con la selección peruana, con la que participó en el pasado Mundial de Rusia (jugó los tres partidos de la fase de grupos) y en dos ediciones de la Copa América, Tapia destaca por su “despliegue físico” y su poderío “en el juego aéreo”, subraya el club vigués en su comunicado.

“El conjunto celeste suma despliegue físico, recuperación de balón y velocidad en la creación de juego con la llegada del internacional sudamericano”, apuntan desde la entidad gallega. El mediocentro espera encontrar la continuidad que le faltó durante su etapa en el fútbol de los Países Bajos.

Y es que Tapia firmó en 2013 por el Twente, aunque las dos primeras temporadas actuó con el filial en la cuarta división antes de pasar al primer equipo en 2014. Allí llamó la atención como un valioso suplente (en una temporada y media jugó 34 partidos y marcó seis goles).

Tanto fue así que el Feyenoord le reclutó en el mercado de invierno de 2016. Con el equipo de Rotterdam conquistó un título de la Eredivisie (2017), dos de Copa (2016 y 2018) y otros dos de la Supercopa (2017 y 2018), aunque finalmente salió cedido al Willem II, donde tampoco tuvo gran éxito.

Con la llegada del peruano, el Celta refuerza una posición que ha quedado debilitada tras las salidas del internacional croata Filip Bradaric y Pape Cheikh, que regresan al Cagliari y al Olympique de Lyon respectivamente tras finalizar sus periodos de cesión en el conjunto vigués.

Rafinha pide perdón

El centrocampista brasileño Rafinha Alcántara, que regresa al Barcelona tras finalizar también su cesión en el Celta, pidió perdón a la afición celeste por “no estar a la altura” durante la temporada 2020/21.

“Nunca había vivido una situación como la de esta temporada y os merecéis una disculpa todos los celtistas. Somos los primeros que debemos ser autocríticos porque no se ha estado a la altura”, señaló el futbolista en una carta difundida en sus redes sociales.

Dos días después de que su equipo consiguiera una agónica permanencia en el estadio del Espanyol, favorecido por el empate del Leganés frente al Real Madrid, Rafinha recuerda que cuando fichó por el Celta en verano pensaba que “lo pasaríamos bien” este año.

Pero, como él mismo apunta, “lejos de pasarlo bien”, el decepcionante rendimiento del equipo le ha obligado a vivir el curso “con una pasión e intensidad maravillosa”, pero “inversamente proporcional a la preocupación” que compartieron con los seguidores.

“Y no es agradable para nadie, pero en nuestro caso es lo que nos toca y por eso estoy aquí también. A las buenas y a las malas, ojalá el significado de afouteza vuelva con más fuerza que nunca pronto. Este club y la ciudad de Vigo se lo merecen”, finaliza Rafinha en su despedida. l