Atrapados en Polonia
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Atrapados en Polonia
Warsaw (Poland), 14/03/2020.- A view of the deserted Krakowskie Przedmiescie and the Old Town Square in Warsaw, Poland, 14 March 2020. Poland will ban foreigners from entering the country from 15 March 2020 and impose a 14-day quarantine on its citizens r

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El parón del fútbol a causa del coronavirus no es exclusivo de España. Es el caso de los que juegan en Polonia, una de las últimas ligas en cerrar sus puertas. La ‘Ekstraklasa’, tras la presión de los futbolistas, echó el cerrojo el viernes. De momento, su vuelta no está prevista hasta finales de marzo, pero podría alargarse más. Y, mientras, los futbolistas españoles, muy valorados y numerosos en Polonia, esperan con paciencia y cierta preocupación el regreso a la normalidad.

Nombres como Igor Ángulo, Jesús Imaz, Jesús Jiménez, Jorge Félix, Gerard Badia, Dani Ramírez, Erik Expósito o Juan Cámara dan lustre a las competiciones polacas. La Agencia EFE se puso en contacto con algunos de ellos para recabar sus experiencias. Todos, casi coinciden en lo mismo: en Polonia parece que se toman más en serio el problema del coronavirus.

Jorge Félix
Así opina Jorge Félix, futbolista del Piast Gliwice. Llegó a Polonia en la temporada 2018/19 y está completando la mejor carrera de su vida profesional. Suma 12 goles en todas las competiciones y, de repente, debe parar. De momento, hasta este lunes, y desde el viernes, tiene que quedarse en casa. Luego se verá si regresa a los entrenamientos junto al resto de sus compañeros.

“Aquí ha habido algo más de cincuenta casos en todo el país con un muerto. Desde el principio estaban más preocupados que en España. No había manifestaciones ni nada. Todo el mundo se quedaba en casa. La gente estaba súper asustada. Van con mucho más cuidado que en España, que nos daba igual todo y salíamos a terrazas”, afirma.

El centrocampista del Piast, ex del Rayo Majadahonda y del Lleida, señala la importancia que tiene para la sociedad el ejemplo que puede dar un futbolista. La Federación de Polonia, presidida por el mítico Zbigniew Boniek, era rehacía a parar el campeonato. Apostaba por jugar a puerta cerrada. Pero los futbolistas se plantaron.

La “rebelión” la inicio Jakub Blaszczykowski (Wisla Cracovia), uno de los jugadores polacos más importantes que juegan en la Ekstraklasa. Contestó con un rotundo “no” al anuncio de la Federación de jugar sin público los partidos de Liga. A él se unieron casi todos los jugadores del resto de equipos, que hicieron frente a las presiones económicas de sus clubes y del organismo gobernado por Boniek. Los ingresos de las televisiones, estaban en juego.

Jorge Félix, de momento, sólo ha tenido un par problemas. En el supermercado, como en algunos de España, faltan cosas. Incluso más. No sólo no hay papel higiénico. Tampoco pan de molde, harina, carne... “La gente está muy concienciada con el tema, pero a la vez, un poco histérica”, confirma.

Casos aislados
También, en casos aislados, hay recelos cuando un polaco se encuentra a un español: “Fui con mi novia a tomar un café. Le estaba traduciendo las cosas del polaco al español y una chica nos miró nerviosa. Me preguntó de dónde era y cuando le dije que de España se quedó acojonada”.
Gerard Badia, capitán del Piast y compañero de Jorge Félix no ha vivido ese extremo. Es conocido en su ciudad, Gliwice. Y saben que es español. Ahora, nota miradas diferentes que antes del inicio de la crisis no sentía. Pero es una anécdota. “He ido al supermercado y me he fijado que había gente que me miraba. Miradas diferentes que antes. Me reconocen porque soy el capitán español del Piast, pero todo está bien, la verdad”, señala.

Badia suma seis años en el Piast y coincide con su compañero sobre la concienciación de los polacos. Como ejemplo, narra cómo actúan cuando visitan una farmacia: “La gente no hace la cola dentro. Sólo entra una persona, la cola está fuera. Y así con muchas más cosas... se junta todo el país y es de admirar”. “Aquí se tomaron decisiones mucho antes que en España. Ahora ya cierran las fronteras. Por aire y por tierra. Y comercios, abiertos farmacias y supermercados y poco más. Todo lo demás cerrado”, apunta Badia.

El jugador del Piast, como Jorge Félix, está encerrado con su pareja y sus dos hijos en un piso de Gliwice. Sale lo justo a la calle. Echa de menos España y le gustaría estar cerca de su familia, pero decidieron quedarse: “Se lo plantee a mi mujer, pero decidimos quedarnos todos juntos. Si nos dicen que estemos en casa, nos quedamos y ya está. De Polonia envidio la unión absoluta que hay en todo cuando se ponen a remar por su país. Hay que unirse, en España nos cuesta”.

En el Górnik Zabrze juega Jesús Jiménez, otra de las estrellas españolas de la Liga de Polonia. Ha marcado diez goles esta temporada y se encuentra en un gran momento. Como el resto de los españoles con los que ha hablado EFE, también está recluido en casa.

“Aquí son más duros. Un muerto y cincuenta y pico infectados y están diciendo que entre mañana y el lunes iban a sacar a los soldados a la calle para controlar las salidas de la gente”, dice vía telefónica desde su piso en Zabrze, una ciudad con cerca de dos millones de habitantes.

Como Badia y Jorge Félix, de momento, hasta nuevas órdenes, Jiménez se tiene que quedar hasta el lunes en su casa. Después, esa situación se podría ampliar. Ahora, toca cuarentena. Después, ya se verá. Pero Jiménez, como Jorge Félix, es de Madrid y tiene unas sensaciones especiales.

“Allí está toda mi familia, es un poco raro. Pero también te sientes un poco privilegiado de no estar en Madrid porque la situación es complicada. Hablo con mis padres, mi familia, mi hermana y está la situación más difícil. Aquí está empezando. Estoy con mi novia. Entre los dos se nos hará la cuarentena menos pesada”. “Se cierra Polonia, se cierran fronteras. Se va a hermetizar. Que lo que haya en Polonia, se quede en Polonia y no entre nada más desde fuera. A mí ni se me ha pasado por la cabeza volver. Era imposible. Si voy, no puedo regresar. Por cómo está Madrid, estoy más a salvo aquí”, insiste.

Los tres son ejemplos de españoles lejos de su país que ahora vivirán un tiempo encerrados en sus casas. Pueden ser tres días o muchos más. No se sabe a ciencia cierta. Pero todos tienen claras dos cosas: una, que Polonia reaccionó antes que en España y fueron más contundentes; y dos, que no hay nada que esté por encima de la salud. Ni siquiera el fútbol.

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