Como se esperaba, no ha habido ningún acuerdo ni se ha llegado a ninguna conclusión al término de las dos reuniones que los entrenadores de Primera y Segunda mantuvieron en Las Rozas, primero solos y después con el Comité Técnico de Árbitros. Desde el momento en que no se iba a entrar en profundidad en las charlas no podía haber ningún tipo de concordancia, y así ha sido.
Faltaron únicamente tres entrenadores a la reunión: Imanol (Real Sociedad), Garitano (Almería) y Benítez (Celta). Ignoramos el porqué de la ausencia del realista; el exdeportivista dijo que sólo le preocupaba el próximo partido, y no fue; y el técnico céltico mantiene una dura pugna con el estamento arbitral y no quiso ver a ningún colegiado ni en pintura.
En lo único en que estuvieron todos de acuerdo es en acelerar las liquidaciones de los clubes a los entrenadores, cuando echan a éstos. Parece ser que el Barcelona todavía debe dinero a Quique Setién, pero Xavi también mostró su acuerdo con esta postura. Otro que se quejó fue Álvaro Cervera, exentrenador del Cádiz, al que también deben dinero.
A continuación hubo reunión entrenadores-árbitros. Se filtró que los técnicos pidieron a los colegiados más respeto a sus actitudes y una mayor capacidad de diálogo, a pesar del nerviosismo de las situaciones. Como ya había adelantado Medina Cantalejo, no se trataron temas concretos, como las manos y los ‘penaltitos’, y así se limaron asperezas.
Posteriormente, el órgano oficial de los árbitros quiso ‘vender’ en un comunicado lo “productiva” que había sido la reunión, que había habido “buena empatía”, y alabó la “gran respuesta” de los entrenadores a esta reunión. Total: mucha palabrería, pérdida de tiempo y la sensación de que este tipo de reuniones no valen para nada, por lo que los tres entrenadores ausentes probablemente hicieron bien en no acudir a la cita.
Por último, llama la atención la petición de algún entrenador para acudir a menos ruedas de prensa a lo largo de la semana, para así no exponerse con sus declaraciones a posibles meteduras de pata que conlleven sanción. En este sentido sí se entiende la queja de los dos técnicos de los equipos más grandes –Real Madrid y Barcelona-, cuando manifestaron que sentían coartada su libertad de expresión a la hora de opinar de cualquier árbitro. Probablemente haya sido lo único en lo que se les puede dar la razón. El resto de los contactos no pasarán a la historia del balompié.