Puedo prometer y prometo que este titular lo tenía ya pensado antes del partido ante la Real Sociedad B. Y bueno, es cierto que después de la victoria del jueves pasado lo pienso más aún. Pero no es el hecho de que hayamos conseguido enlazar unos cuantos resultados digamos decentes para que piense que este equipo no necesita refuerzos. Es algo que va un poco más allá.
Normalmente los mercados de invierno resuelven más bien poco o nada. El ejemplo más claro lo tenemos en el año pasado. Ni Saverio ni Pepe Sánchez ni Lebedenko ni mi tocayo Arturo resolvieron gran cosa. A Lucas no lo cuento como fichaje de invierno porque fue él el que vino y no al revés. Y el año anterior más o menos lo mismo. Íbamos estupendamente de lideres con “una barbaridad de puntos” (Borja dixit) y sólo llegó Álvaro Rey, que no aportó casi nada y que yo creo que lo ficharon por aquello de que había que traer a uno por lo menos, aunque no hiciese falta. Luego vino Antoñito un poco más tarde. Y bueno, hay que reconocer que algo más aportó. Al menos cubrió el hueco que teníamos en el lateral derecho con tanta lesión. Un año antes llegó Raí, que no mejoró lo que había. En la 19-20 Sabin Merino aportó algunos goles y Keko Gontán algo de clase, pero ni Beauvue ni Uche ni el portero Jovanovic ni el infumable central Abdoulaye Ba aportaron nada. Del curso 2018-2019, el del ascenso frustrado en Mallorca llegaron en invierno Nahuel, Vítor Silva e Íñigo López. Me ahorro los comentarios sobre estos tres.
Y así podríamos seguir. Yo creo que desde Wilhelmsson en 2008 pocos han sido los jugadores llegados en este mercado que hayan merecido la pena. Y lo que me pasa ahora mismo es que los nombres que han salido a la prensa hasta hoy como posibles incorporaciones no me motivan lo más mínimo ni creo que vayan a incrementar el nivel de la plantilla. He leído acerca del interés por un tal Jordi Escobar que lleva cinco goles en la SD Logroñés pero que aquí en Riazor falló un gol clamoroso cuando vino con su equipo. Y para eso ya tenemos a Davo, al que le hemos puesto a caldo un montón de veces pero que lleva cuatro goles. También se ha hablado de un tal Cris Montes del Eldense, que no me suena de nada salvo porque me recuerda a una niña de mi colegio que me gustaba cuando yo tenía 14 años y que se llamaba exactamente así. Y luego han hablado de Jordi Sánchez, que tampoco es que tenga grandes números en el aspecto goleador y que sólo recordamos porque fue el que marcó el gol decisivo para el Albacete en Riazor que nos dejó con un palmo de narices y sin ascender un año más.
No sé qué nombres baraja la secretaría técnica del Deportivo o los que se encarguen de fichar. Pero si los jugadores que se quieren traer van en esta línea yo casi prefiero que nos quedemos como estamos. Hemos estado bastante tiempo sin Yeremay y ahora ya parece que está recuperado y poco a poco va dando su mejor versión. En un mes, más o menos, podremos contar de nuevo con Barbero. Tenemos –por fin- unos canteranos que parece que cuentan con minutos y que encima están respondiendo bien. Y luego están los veteranos. Me niego a pensar, como se dice por ahí, que muchos de ellos sean malos. Es cierto que hay algunos que no han dado todo lo que se esperaba de ellos, pero nadie puede negar la carrera que tienen detrás Salva Sevilla o Balenziaga, que hasta ayer estaban jugando en la élite y siendo importantes en sus equipos, sobre todo el almeriense. Quizás se trate de que la persona que les dirige desde el banquillo sepa sacar de ellos todo el potencial que tienen, que es mucho.
Lo dicho, yo prefiero que no venga nadie. Sobre todo ahora que parece que por fin arrancamos.