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Parece que el apremio con que distintos sectores de la sociedad coruñesa se dirigieron a los accionistas mayoritarios del Deportivo los ha hecho reaccionar con prontitud y los últimos días de la actualidad blanquiazul han sido verdaderamente intensos. Ha ocurrido todo aquello que se reclamaba y se prevén, en las próximas horas, unas cuantas novedades que prometen presentar al equipo –al comienzo de los entrenamientos– con un porcentaje elevado de los elementos que van a estar encargados de intentar el ascenso por cuarta vez.
 

Desde luego, los preparativos paralelos también han empezado en el club. Se ha abierto el período de renovación de carnés y se espera una nueva avalancha, como viene ocurriendo en las últimas campañas. Ese apoyo social será muy importante a lo largo de la temporada pero lo decisivo será el comportamiento de los futbolistas dentro del terreno de juego.
 

Al mismo tiempo hemos conocido –con relativa sorpresa– la composición del nuevo consejo de administración. En general, gente de absoluta confianza de los accionistas mayoritarios, con el señuelo de la incorporación de Álex Bergantiños y Carlos Ballesta. Sólo el tiempo dirá el papel que tendrán todos en la marcha del club pero se puede intuir que las líneas oficiales están marcadas de forma clara. Eso sí, a bote pronto, no parece que la ligazón de sus miembros con el fútbol sea una de las características más significadas de este grupo, salvo las dos excepciones señaladas.
 

Otra cuestión importante a subrayar –y cuantas más veces se haga, mejor– es la declaración pública de la entidad bancaria, en la que apuesta por un proyecto “a largo plazo”, que era algo que la pasada manifestación de aficionados pedía a los propietarios. Pero, es más, estos declararon que persiguen “la vuelta a Primera División del Deportivo” y la “potenciación de la cantera”. Son propósitos tranquilizadores para los seguidores deportivistas y, en general, para todos los coruñeses, que quieren el mejor porvenir para su equipo preferido.
 

Ahora, como dijo el nuevo entrenador en su presentación, hace falta un poco de tranquilidad y no tener presente en cada intervención pública el ansia del ascenso. Siempre está ahí –lo saben todos– pero su perenne recuerdo contribuye a que ese nerviosismo lo presida todo desde el comienzo. Aboguemos, pues, por un inicio de temporada tranquilo. Las dificultades ya irán llegando.

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