“Se está convirtiendo en una galega de verdad”, explica Beqa Burjanadze sobre su pequeña hija, encantada con la lluvia que adornó en los últimos días nuestra ciudad. En un club en crecimiento y que ofrece nuevos referentes, el baloncestista georgiano es uno perfectamente reconocible, integrado, orgulloso de defender los colores naranjas y encantado, él y su familia, en la ciudad en la que nadie es forastero.