Esta semana que termina quedé con un amigo al que hacía tiempo que no veía. Solemos quedar de vez en cuando para vernos, tomar un café o lo que se tercie y hablar de nuestras cosas. Pues bien, aprovechando que por fin la lluvia nos ha dado una tregua nos fuimos a dar una vuelta por el paseo marítimo y nos pusimos a charlar. Y, como no, entre esas cosas de las que hablamos está nuestro RC Deportivo. Y esta vez nuestra charla fue un monólogo acerca del Depor. Han sido bastantes semanas sin vernos y teníamos mucho de qué hablar y más en la situación en la que estamos. Pensaba que íbamos a despellejar a la plantilla, al entrenador y a la directiva por culpa de nuestra situación en la clasificación, pero no fue así. O al menos no fue todo lo que yo pensaba. Es cierto que le pegamos un buen repaso a la plantilla desde el portero hasta los delanteros, pero tampoco nos cebamos mucho en las críticas. A unos les dimos bien, pero con otros fuimos más condescendientes y con otros hasta los alabamos. Y al final nos surgió la pregunta de siempre: “¿ascenderemos con este equipo?” La conclusión no fue muy alentadora. Parece que cada año que pasa la cosa está peor y este, por lo visto hasta ahora, está mucho más difícil que nunca. Aun así tampoco nos desanimamos y concluimos que era posible y que si otros lo habían conseguido por qué no nos iba a tocar alguna vez a nosotros, aunque sea al cuarto intento.

Y pronto nos vino a la cabeza el caso del Racing de Ferrol, que ascendió la temporada pasada sin muchos alardes. Cuando vino a Riazor le ganamos bien y en su campo pudimos ganar también. Sin embargo, ellos subieron de primeros y nosotros ni en la repesca. Y ahora están en Segunda y en puestos de play off con un equipo bastante humilde. ¿Y cómo lo han conseguido? Pues quizás con el entrenador adecuado y con la confianza que se le ha dado. Lleva en Ferrol cuatro años y en el primero de ellos, en la 2020-2021 ni se clasificó para la segunda fase, pero aun así siguieron confiando en él. Un caso parecido sucede con Osasuna. Recuerden que en la 2018-2019 ascendieron a Primera con Arrasate en el banquillo y ahí sigue haciendo temporadas realmente buenas. En ese año le ganamos bien en Riazor y luego en El Sadar caímos cuando ellos iban lanzados y nosotros íbamos cuesta abajo y sin frenos. Ellos ascendieron de calle y nosotros sufrimos el desastre de Son Moix. Y lo mismo el Granada, les ganamos bien tanto en Riazor como en Los Carmenes. Luego ellos subieron, llegaron a jugar en Europa, descendieron y volvieron a subir a Primera. Mientras tanto nosotros seguimos en el pozo. Y ya, para colmo, al siguiente año, en la 2019-2020, mientras nosotros nos fuimos a Segunda B, los equipos que ascendieron directamente fueron el Huesca y el Cádiz que cayeron en Riazor ambos en la segunda vuelta. Y el que subió vía play off fue el Elche, al cual le derrotamos a domicilio en esa misma segunda vuelta. ¿De verdad había tanta diferencia entre estos equipos y nosotros aquel año?

No es fácil salir de este pozo, aunque tampoco parece tan difícil conseguir el ascenso. Año tras año vemos como nos quedamos con un palmo de narices viendo como son otros que no demuestran ser mejores los que consiguen el objetivo. Digo yo que algún día haremos bien las cosas y nos tocará a nosotros, ¿no?