Hace un par de semanas tuve la oportunidad de atender la invitación de un viejo amigo canario, de Las Palmas, y me fui a hacerle una pequeña visita. Mi amigo es muy poco futbolero.
Más bien nada. Pero le gusta estar informado de todo y lleva aguantando mi vena deportivista desde los tiempos de Sredojevic y Batrovic. A él, como a muchos, le gusta que al equipo de su ciudad le llamen la Unión Deportiva. O como mucho, por si da lugar a confusión, que le llamen por su nombre completo, es decir, la Unión Deportiva Las Palmas.
Dice que lo mismo que a nosotros no nos gusta lo de “el Coruña” o a otros lo de “el Gijón”, “el Bilbao”, “el Huelva” o cosas así, a él le espanta oír eso de “el Las Palmas”, que además de sonar fatal es una patada a cualquier manual decente de gramática. Que eso de juntar un artículo determinado masculino singular con uno femenino plural es un disparate. Y yo estoy totalmente de acuerdo con su afirmación.
El caso es que mi amigo –que, como digo, es muy poco futbolero- me preguntó hace un par de semanas por mi Deportivo. Él sabía lo de que llevamos unos años en el fango, pero no sabía muy bien cómo iba este año. Le comenté que este año nos iba mucho mejor, sobre todo la segunda vuelta, y que nos bastaba con ganar los dos partidos siguientes de los cuatro que quedaban para ascender.
Él entendió al principio que nos bastaba con ganar dos partidos de cuatro y que daba igual cuales fueran. Luego entendió que uno de ellos tenía que ser el de esta tarde, por aquello de sumar tres puntos y a la vez que no sume tu rival por el ascenso. Es ahí cuando mi amigo soltó un “o sea, que este año lo tenéis mejor que nunca”.
Una gran verdad, pensé. Este año lo tenemos mejor que nunca. Eso sí, lo de ascender de Primera Federación a Segunda División le hizo mucha gracia a mi amigo. Dice que de toda la vida se asciende de Segunda a Primera y no al revés. Y yo vuelvo a estar de acuerdo con él. Le expliqué lo de los nombres que les ponen ahora a las categorías y quedé en que pronto ascenderíamos de Segunda a Primera como se ha hecho siempre y volveríamos a jugar ante su UD Las Palmas.
Y es que hoy tenemos una bola de partido. Pero no es la única. Al igual que en el tenis, hoy si ganamos se acaba todo.
Pero si no lo hacemos, como en el ‘deuce’ del tenis, aún tenemos dos bolas más que ganar. Si hoy perdemos necesitaríamos las dos. Y si empatamos nos bastaría con una. Y si las perdemos todas aún quedaría el play off, pero casi mejor no mentar a la bicha, que ya estamos curados de espanto.
Este año lo tenemos mejor que nunca. Mejor incluso que el año del desastre ante el Albacete. Aquel día, y jugando en casa, nos bastaba un empate –después de la prórroga, eso sí- , pero si eso no se conseguía no había bola extra. Se fracasaba y punto. Ya se había fallado en la fase regular con el Racing de Santander ganando la competición y ese play off en casa ante Linares y Albacete era nuestra última oportunidad.
Hoy no, hoy tenemos una bola de partido que ojalá no fallemos por el bien de nuestra salud cardíaca, pero que si no la aprovechamos tendremos una segunda y hasta una tercera oportunidad. Aunque mejor no jugar con fuego. Que esas oportunidades sirvan para estar hoy más tranquilos y no para caer en el exceso de confianza.
Y mientras escribo esto leo por la retransmisión en directo del dxt que el Leyma Coruña es nuevo equipo de la ACB. El temporadón del deporte coruñés lo vamos a recordar durante muchos años.
Ojalá esta tarde celebremos otro éxito.