Muchos aficionados al fútbol recordarán a Álex Pérez (A Coruña, 1992) por su largo paso por la cantera del Deportivo, que concluyó con cuatro años en el Fabril donde las lesiones tuvieron su desgraciada cuota de protagonismo. Quizá desde ahí le hayan perdido la pista, pero su fútbol no se ha apagado. Y eso que no lo ha tenido fácil, pues hace unos años perdió parte de la sensibilidad en uno de sus pies y los dedos le quedaron en garra, algo que le dificulta el apoyo. Si alguien se pregunta qué fue de él, la respuesta es que sigue marcando goles en el Torre de Primera Futgal. El último, en la pasada jornada ante el Valdoviño.
“El equipo estuvo bastante bien. Influyó el tiempo, porque se puso a llover muchísimo. Casi no se podía jugar y nos adaptamos mejor. Era un campo encharcado, impracticable. El equipo supo hacer las cosas bien, ponerse por delante, y luego fue más rodado todo”, señala sobre dicho partido.
En cuanto a su gol, describe: “Fue un saque de banda desde el lado derecho que peina Moisés. Aparezco en medio de varios defensores, remato, da en el palo y entra”.
Una victoria que rompió una racha de siete partidos sin ganar. “Pese a que en algunos de esos lo podíamos haber hecho, está claro que es un alivio. A ver si ahora que queda poco de la primera vuelta nos volvemos a enganchar como habíamos hecho al principio”, reflexiona el delantero.
¿Por qué hubo cambio de dinámica tras ganar tres de los cuatro primeros partidos? “No tengo ni idea, porque más o menos jugamos igual. Hubo lesiones importantes que se notan, pero es una racha, el fútbol es así, ya lo sabemos”, contesta el coruñés.
“Lo mejor es el ambiente que hay en el vestuario y entre nosotros. Somos como una familia, amigos, y eso a la larga te ayuda. Lo peor, que muchas veces se ve nerviosismo a la hora de jugar. Es normal cuando las cosas no salen, pero supongo que con el paso del tiempo lo iremos haciendo mejor”, se moja sobre lo positivo y negativo de la temporada hasta el momento. En cuanto al objetivo, no esconde que ve “una buena plantilla para pelear por estar en la zona alta”.
El ariete profundiza en el tema del nerviosismo. “No debe haber, para nada. Jugamos al fútbol para divertirnos, que en estas categorías nadie vive de esto. Lo más importante es salir tranquilo, a pasarlo bien. Haciendo lo que toca para ganar, claro”, señala.
“No debe haber nervios en el campo; jugamos para divertirnos”
Como tantos niños de la ciudad, Álex Pérez inició su camino en el fútbol en uno de los equipos clásicos, el Calasanz, con tan solo cinco años. En ese momento combinaba el fútbol 7 con el fútbol sala.
No tardaría demasiado en cumplir uno de los grandes sueños de la infancia, ya que el Deportivo le incorporó al infantil de primer año. “Cuando eres un niño de esa edad, es la mayor ilusión que puedes tener”, reconoce el punta.
En esa época coincidió con jugadores ahora profesionales como Pablo Insua, Álvaro Lemos y Róber Pier. Era uno más y destacaba, lo que le llevó a ir subiendo de categoría hasta alcanzar el Fabril. Una de las temporadas más recordadas es el del Juvenil A.
“Las dos primeras temporadas en el Fabril me fue muy bien. Teníamos equipazos -añade a Juan Carlos Real y Manu Romay a la lista de compañeros destacados-, pero luego llegaron las lesiones. Me rompí el cruzado y me perdí la mitad de la tercera temporada y mitad de la cuarta. Es lo que tiene el fútbol...”, reflexiona el ariete sobre su paso por el Fabril.
Otro aspecto a destacar de esos años en el filial fueron los entrenamientos con el primer equipo en una de las etapas más rocambolescas de la historia reciente del club, el periplo en el banquillo de Domingos Paciência. Aunque reconoce que ni él ni sus compañeros tenían demasiadas esperanzas de participar en partidos, sí fue llamado para muchas sesiones por el preparador luso, que apenas duró seis partidos en mitad de la temporada 2012-13, la del segundo descenso de este siglo XXI.
A partir de ahí desarrolló su carrera en Tercera División e incluso jugó un playoff de ascenso en el Bergantiños, pero volvió a tener una mala experiencia con las lesiones en el Racing Villalbés. Más seria aún si cabe, pues fue una rotura de tibia y peroné que acarreó consecuencias.
“Tuve un problema en los nervios de la pierna. El pie derecho no me quedó bien, lo tengo sin sensibilidad, con los dedos en garra, lo que me dificulta los apoyos. Me complica ser yo mismo en el campo”, desvela.
Pese a que no tiene riesgo jugar así, reconoce que “muchos médicos y fisioterapeutas no entienden como sigue jugando”. Para él, es cuestión de saber adaptarse.
Y de amor al deporte, claro. “A día de hoy puedo decir que muero por el fútbol. No sabría que hacer si no juego, porque lo disfruto mucho. Es una pasión que tengo desde niño y que nadie me puede quitar”, asegura Álex.
“El fútbol es una pasión que tengo desde niño y que nadie me ha podido quitar”
Desde la lesión jugó en Arteixo, Paiosaco y Montañeros, equipos de Preferente en los que no tuvo el protagonismo deseado, por lo que a finales del año pasado optó por el Torre. Tras 24 goles y un ascenso el pasado curso, y cuatro tantos en esta, tiene claro que ha sido “la decisión correcta”.
1. Nota a su equipo hasta el momento.
Un 6. Ha habido momentos buenos y malos.
2. Nota a Álex Pérez.
Otro 6. Puedo dar más que hasta ahora.
3. Una virtud / Un defecto.
El gol / La defensa, que a veces soy un poco vago (ríe).
4. El mejor jugador de su equipo.
Toni Insua.
5. ¿A qué jugador de otro club ficharía?
Román Feas, del Orillamar.
6. La mejor plantilla de la Liga.
Me quedo con la nuestra.
7. El mejor rival al que se han enfrentado.
Cultural Maniños.
8. El gol perfecto.
Cualquier balón que acabe en la portería es perfecto.
9. Una manía los días de partido.
Ir a desayunar con mis compañeros Sergito y Óscar.
10. Un sueño esta temporada.
Terminar lo más arriba posible.