Normalmente el partido más importante de una serie al mejor de cinco es el tercero, el que suele marcar la tendencia (o poner el punto final), pero para el Leyma Basquet Coruña se ha adelantado al segundo.
 

El conjunto naranja se juega esta tarde (18.00 horas) gran parte de su futuro. La derrota del viernes, tan inesperada como inapelable (67-77), lo ha puesto casi contras las cuerdas.
 

Decía en la previa el técnico burgalés que tenían que saber dónde encontrar ventajas ante un Gipuzkoa fortísimo atrás. A la hora de la verdad, encontraron pocas. Una de ellas, los ‘alley-oop’ para Diagne. El cuadro vasco no tienen pívots para defender esto. Ni para luchar de tú a tú con los del Leyma por el rebote.

Los naranjas ganaron autoridad (43-35) la batalla de capturas totales y por goleada (16-7) de la ofensivas. Pero fue el cuadro de Lolo Encinas el que sacó más rédito de las segundas oportunidades. Entre otras cosas porque los de Epi se cansaron de fallar tiros cercanos.

También es imperativo mejor la puntería desde larga distancia. El triste 7 de 31 (1 de 8 en el último cuarto, con el único anotado ya en el minuto final) del primer capítulo permitió al GBC compactar todavía más su defensa en torno al aro, donde las ayudas constantes frenaron en seco las evoluciones de los naranjas. 
 

Mediado el cuarto periodo, cuando el Gipuzkoa había recuperado su máxima ventaja, los 16 puntos con que llegó a descanso (31-47), el Leyma lucía solamente 54 en su casillero, 30 menos que su media en la fase regular. Al final se quedó 17 por debajo, igualmente un mundo.

En este apartado es instrumental la recuperación de Aleix Font, que el viernes volvió a lucir su irregularidad de las últimas semanas, quedándose a cero. Sus cifras anotadoras han pegado un bajón notable.

En la segunda visita a Riazor, el conjunto donostiarra volvió a dejar al coruñés por debajo de 70 tantos, algo que sólo logaron también el Lleida (en la segunda jornada), el Valladolid (en la sexta) y el Andorra (en la vigésimo séptima).

Los bases visitantes, Xabi Oroz y Aitor Zubizarreta –entre ambos repartieron 15 asistencias, una más que todo el Leyma– marcaron y controlaron el ritmo del encuentro, algo que los de Epi –que solamente gozaron de un par de contraataques en los primeros 40 minutos de la eliminatoria, merced al excelente balance defensivo de los pupilos de Lolo Encinas–, deben evitar esta tarde. Alex Hernández, inédito en el primer capítulo de la serie, podría ser una buena solución para dotar de orden y ritmo al equipo. Y además ha demostrado que nadie se entiende mejor que él con Diagne.

Otro ajuste necesario es la defensa sobre Mike Carlson, una pesadilla constante como ‘4’ abierto, y Ander Martínez, que se puso las botas con tiros de media distancia, prácticamente todos sin oposición.

Es hora de romper dos tendencias. La primera, el pleno de victorias domicilio en los tres cara a cara hasta la fecha. La segunda, los problemas en ataque del Leyma contra el rocoso equipo vasco. Porque el margen de error se ha reducido prácticamente al mínimo.