“No podemos permitir esto, es una constante”. Habla Paula Lema (A Coruña, 1985), árbitra de baloncesto que el pasado sábado 28 de octubre tuvo que soportar los improperios machistas de un aficionado durante el Bembibre-Girona de Liga Femenina, máxima categoría del básquet nacional. “Puta, vete a limpiar”, le dedicó el individuo, expulsado después de ser identificado.
El clip del sujeto insultando a Paula corrió como la pólvora desde que se publicó el lunes en la red social X. “Es un agravante por ser mujer, pero los insultos fueron para todo el equipo arbitral. Es algo que se repite en muchas pistas, independientemente de que sea un hombre o una mujer. Al que es calvo, por calvo, al que es bajo, por bajo...”, lamenta la coruñesa.
“Hay que denunciarlo y visibilizarlo”, asume Lema. “Creo que tengo una responsabilidad añadida como mujer, pero no quiero que se focalice por ahí, es una constante que sufrimos todos los árbitros. Ya no por mí, sino porque la gente que venga detrás no tenga que aguantar esto”, insiste.
Paula reconoce que “cuando hay mucho ruido, ni escuchas ni entiendes lo que te gritan, pero en este caso era un individuo que estaba alejado y en el pabellón no había mucha gente, por eso tomamos medidas”. El trío arbitral detuvo el partido y las autoridades expulsaron al sujeto, que no podrá volver al Bembibre Arena por orden del club leonés.
“No me parece un castigo ejemplar, tendría que ser lo normal”, arguye la coruñesa, que no ve una solución cercana al problema: “Si tuviéramos la clave ya no pasarían estas cosas. Igual endureciendo las leyes y las sanciones, ya no sólo económicamente, sino con trabajos sociales para que estas personas no se puedan salir de rositas... Es un debate nacional”, añade.
Lema destaca el apoyo de la Federación Española de Baloncesto y el Comité de Árbitros: “Me ha llamado todo dios. Tenemos el respaldo absoluto de las federaciones, siempre nos apoyan y se toman medidas. No me siento desprotegida”, celebra la colegiada, que acumula diez temporadas como árbitra FEB.
En esos diez años reconoce “comentarios impertinentes, nada especial” pero no se siente coaccionada o ha pensado en abandonar: “Nunca he pensado en dejarlo, mi familia está orgullosa de que sea un referente para otras mujeres en un mundo de hombres”.
Paula probó como jugadora y entrenadora –“no valía para eso”, admite entre risas– antes de pasarse al arbitraje, primero como mesa en la Federación Galega y luego como árbitra. Desde hace diez temporadas está colegiada por al Federación Española de Baloncesto.
La coruñesa, licenciada en Enfermería y en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, compagina el arbitraje en el baloncesto de élite con su profesión de enfermera. Lema dirige partidos de la LEB Oro (curiosamente el miércoles arbitró el Menorca-Leyma) y la Liga Femenina, pero no sueña con llegar a la ACB.
“Para nada es un objetivo. Empecé tarde en esto y nunca pensé que iba a llegar donde estoy. Me siento orgullosa y valorada, pero mi objetivo nunca fue ascender, es ser lo mejor árbitra que pueda, disfrutar de mi trabajo y hacer grupo con mis compañeros porque si no nos protegemos entre nosotros...”, zanja.