El Teresa Herrera tuvo poco ambiente en la grada. Sin los Riazor Blues, que habían anunciado su ausencia al considerar que se fomentaba una “hipócrita vinculación con el pueblo ucraniano” y por la “fama neonazi” de la afición del Metalist, en el estadio herculino se escuchó más al medio millar de ucranianos que se situaron en el córner visitante. Allí exhibieron una pancarta de agradecimiento a A Coruña por la acogida y también por la ayuda, ya que la taquilla y las donaciones a la Fila Cero será íntegra para las familias que están refugiadas en el estadio que utiliza el equipo de la ciudad de Járkov. En el campo, Quiles apagó al Metalist.