La volcánica isla de Tenerife recibe en plena erupción futbolística al Deportivo, que se cruza esta noche con un convulso colista en el que todo está en discusión y en el que hasta se barrunta un cambio de propiedad en las últimas horas. El terreno parece abonado para un éxito visitante, el de un equipo que se siente más cómodo para mostrar su fútbol cuando juega lejos de su estadio, empujado por su fortaleza en el ida y vuelta. Con todo, nada está escrito ante el folio en blanco de este Deportivo irregular que semeja todavía en construcción y que, ya nadie lo oculta, espera piezas que lo refuercen en el mes de enero. El calendario marca tres citas antes de que se abra el mercado, las que quedan también para que acabe la primera vuelta: tras Tenerife llegarán en apenas cuatro días Castellón y Mirandés a Riazor.
En esa tesitura el equipo que adiestra Óscar Gilsanz quiere mirar hacia arriba en la clasificación. “Queremos engancharnos arriba y no ver de reojo los puestos de descenso”, explicó Lucas Pérez esta semana. Pero justo ese incómodo aliento del desastre es el que no deja de sentir el Deportivo, que tiene los puestos de playoff a ocho puntos de distancia y los de descenso los tenía a tres cuando empezó la jornada. Ya están apenas a uno después de que Cádiz, Córdoba y Eldense hayan sumado. Caer en Tenerife supondría no solo pasar del reojillo a la mirada directa sino, sobre todo, revitalizar a uno de esos cuatro equipos que al menos hay que dejar por debajo.
Todo deberá suceder sin el sancionado Lucas Pérez, el armador no ya del fútbol ofensivo del equipo sino simplemente del fútbol deportivista. El amargo partido, no tanto por el resultado como por el rendimiento, ante el Zaragoza evidenció las carencias para armar juego no ya desde atrás sino incluso con el apoyo de una medular más dotada para la resta que para la suma.
Con esas carencias, con la certeza de que hacen falta refuerzos que no se atisban, sin Lucas, pero tras marcar gol en los nueve últimos partidos, con la esperanza de que Yeremay, Mella y Mario Soriano conecten de nuevo a la carrera, siempre también con los problemas para defender los balones al área, ese es el Deportivo que reta a este Tenerife de apenas dos victorias en 18 jornadas. A Cartagena (2-0) y Mirandés (1-0) les ha ganado el equipo insular, que ha caído en su feudo contra Almería, Racing de Santander y Zaragoza y firmó tablas con Sporting, Málaga y Elche.
Pocas cosas le han ido mejor al Tenerife desde que Pepe Mel reemplazó a Óscar Cano, al que a mediados de septiembre le pusieron el finiquito sobre la mesa. “En esta categoría todo depende de los pequeños detalles”, explicó a su llegada el veterano entrenador. Ni Tenerife ni Deportivo parecen manejarlos, por más que el equipo de Gilsanz tenga una estabilidad en la alineación, quizás más por la escasa aportación de los habituales reservas que por otra cosa. Por eso tras la decepcionante prestación colectiva ante el Zaragoza todo apunta a que diez de los titulares en aquel partido repetirán en Tenerife, aunque hay opciones de rotaciones visto que la semana llega con dos partidos más.
En todo caso volverá, tras sanción, David Mella para tomar la plaza del cinco veces amonestado Lucas. Bien le irá su velocidad al equipo para pasar al galope por la isla del volcán y salir indemnes de la visita.